Falleció el humor
10 Abril de 2025 09:42
La casa de Gran Hermano no da respiro. Ni bien se apagaron las luces de la gala de nominación, un nuevo escándalo sacudió a los participantes y al público: Ulises Apóstolo, el flamante ganador del auto 0 km y que suele aparecer en los rincones lagrimeando, quedó en el ojo de la tormenta por... despreciar el premio. ¿Qué pasó? Lo que parecía una broma inocente terminó con un sobre rojo, un posible castigo, y una lección de humildad en horario prime time. Todo comenzó en una charla distendida con Chiara Mancuso, donde el cordobés soltó, entre risas, que el auto que acababa de ganarse "parece una aceituna".
Una metáfora pintoresca, claro, pero que en el contexto del reality fue leída como una falta de respeto. "Cuando me lo den, le voy a pegar una vendida", sumó, desatando las carcajadas de su compañera... y el enojo silencioso del Big. Hasta ahí, solo un momento más entre tantos. Pero el juego dio un giro dramático cuando Santiago del Moro, con su tono más solemne, leyó en vivo un comunicado especial contenido en el famoso sobre rojo. El mensaje era claro y tenía nombre y apellido: Ulises Apóstolo. "A raíz de los dichos de Ulises acerca del auto que se ganó, Gran Hermano le ofrecerá no participar en futuras competencias por importantes premios", informó el conductor.
La medida, revestida de una fina ironía ("Gran Hermano entiende que Ulises está para algo más grande, para algo superior"), busca devolver algo de equidad a la competencia, según explicó Del Moro. "Y sí, que le dé la posibilidad a sus compañeros, que realmente valoran los premios. Me parece que es lo más justo", agregó, abriendo la polémica entre los presentes y los miles de televidentes. Lo insólito es que el premio llegó tras una de las pruebas más exigentes y esperadas de la temporada. Con 250 llaves en juego y una sola capaz de encender el vehículo, la competencia se extendió durante dos noches.
Ulises, con apenas dos llaves en su haber, se convirtió en el inesperado ganador al hacer arrancar el auto con la número 186. "¡Gracias, Córdoba!", gritó emocionado al volante, mientras sus compañeros lo abrazaban. Pero la alegría le duró poco. La paradoja es tan perfecta como cruel: en un programa donde cualquier ventaja puede marcar la diferencia, el cordobés ganó el auto, se convirtió en líder de la semana, se aseguró inmunidad... y al día siguiente, se ganó el repudio de la producción y posiblemente el recorte de sus futuras oportunidades. ¿Exageración de Gran Hermano o soberbia de Ulises? El debate está abierto.
