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Gran Hermano

Desnudos y reproches: el plan de Ariel para convertir a Alfa en "villano" y sacarlo de la casa

El parrillero tiene como objetivo debilitar la imagen de Walter.

03 Enero de 2023 12:04
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Durante el debate de ayer en el cual todos los lunes se aborda al último eliminado del reality show Gran Hermano, surgió una discusión que fue más allá de la presencia de la correntina Constanza "Coti" Romero en el estudio y de las explicaciones que dio sobre sus estrategias.

Es que hubo una actitud de Ariel Ansaldo que molestó a muchos integrantes de la casa, cuando tras salir de la pileta se cambió sentado en el jardín de la casa, apoyando sus genitales sobre la silla que utilizan todos. Esta situación generó mucho asco en sus compañeros y compañeras, aunque tuvo justificaciones y explicaciones por parte del parrillero y su entorno personal.

El primero en verlo fue Walter "Alfa" Santiago, quien ya es un enemigo declarado de Ariel. "Mirá, las bolas en el sillón", comenzó a protestar ante algunos hermanitos más que estaban allí. "En pelotas en el sillón, qué asco me da", continuó.

Luego el sexagenario no se aguantó y comenzó a decírselo directamente a su rival. "¿Por qué no te cambiás en el baño?", indagó. "No me hinches las pelotas", fue la respuesta de Ansaldo. "No, es una cuestión de convivencia. Estás en bolas en una silla que después usan todos. No me gusta usarla a mí", confesó Alfa.

Más tarde se lo contó a Lucila Belén "la Tora" Villar, quién también se impresionó ante la actitud de uno de los últimos en ingresar al juego y se preguntó si alguien le había dicho algo. También el cordobés Maximiliano Giudici se encargó de ir a decirle que lo que hacía Ariel estaba mal, demostrando lo incómodo que le parecía que tenga esas reprochables actitudes, que tanto rechazo generaron en sus compañeros.

También Julieta Poggio le contó a Camila Lattanzio y a Daniela Celis, una situación que le pareció de lo más desagradable. "Recién se bajó el pantalón delante mío, se quedó en culo y se pasó la toalla", detalló. "Boluda, no tiene problema", protestó. La respuesta de Camila fue tan simple como contundente, además de muy precisa a la hora de identificar lo que le generó lo que su compañera le contaba: "Turbio".

La situación se descomprimió enseguida, luego que la risa de sus compañeras estallara cuando Juli contó que tras tener ese desagradable gesto, Ariel "se tocó la cara". La situación tampoco pasó desapercibida para los panelistas que ayer estuvieron en vivo desde Telefe, analizando las últimas novedades de la casa más famosa del país. Pero además de las voces de repudio por lo que había sucedido, la panelista "La Costa" tuvo una intervención para defender -en parte- lo que le sucedía a Ariel.

Es que según ella, Ansaldo necesita secarse y cambiarse sentado por la extrema obesidad que padece. La mujer, en su pasado, llegó a pesar 192 kilos, según lo que contó, y es por eso que identificó las incapacidades físicas que el parrillero tiene ante ciertas cosas.

"En mi vida me han discriminado más por obesa que por trans", confesó ante sus compañeros en el programa. Aunque eso no significó que ella avale lo que ocurría, lo cual precisó que debía haberlo hecho en otro lugar como el baño.

"La lucha contra la obesidad es para toda la vida, es una enfermedad que tiene recaídas, lo que pasa es que a un hipertenso le decís 'ay, tiene problemas de presión' y a la obesidad se la sigue viendo como 'es gordo porque es dejado, porque quiere'", reflexionó la panelista. También se pronunciaron al respecto, esta mañana en A la Barbarrosa, los padres de Ariel, Susana y Roberto.

"Hace tres años, cuando empezó el Covid, Ariel pesaba 78 kilos y yo también pesaba mucho menos, siempre fui flaquito. Pero acá en casa, comiendo, con la parrilla, no saliendo, Ariel se excedió. Yo sé que dentro de unos meses él va a volver a ser como antes", relató el papá de Ansaldo, quien además explicó que su problema con los ronquidos también esta ligado a su sobrepeso.

Ante esto, la conductora Georgina Barbarrosa le preguntó si le molestaba que le dijeran 'gordo'. "Una cosa es que una amiga te lo diga en privado, pero otra es que se lo digan delante de cuatro millones de personas que están mirando", respondió.

Susana, la mamá, fue mucho más respecto a que espera que su hijo reaccione a los destratos que sufre por parte de diferentes hermanitos y hermanitas. "Se enoja, pero no físicamente. Hasta ahora se estuvo reprimiendo. Lo vi tenso", consideró. "Que no le toquen el trasero porque cuando tiene sus convicciones y tiene que defender a alguien, reacciona", añadió.

Luego también lo describió más profundamente en su realidad cotidiana. "Tiene amigos de toda la vida, donde va brilla y hace amistad, es querible", aseguró.

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Lo que es un hecho es que las actitudes no sólo le están generando repudio hacia dentro, sino que en las redes sociales también crece el rechazo ante las actitudes desagradables del jugador nuevo. Pero también hay una realidad no dicha respecto a cuál es la intención que tiene Ansaldo para portarse de forma tan desagradable, y se trata de enfurecer al jugador que se puso entre ceja y ceja ni bien ingresó al show: Alfa.

El encono entre ambos es más que evidente y Ariel sabe que hay cosas que a Alfa lo hacen enervar tanto que lo hacen mostrar su peor rostros, ese que hace que su imagen negativa en las redes sociales crezca cada día más y lo deje como posible candidato a abandonar Gran Hermano antes de la final.

Cabe recordar que Ansaldo, a diferencia de quienes vinieron de afuera, no intentó tener un buen trato con Alfa y apostó a que su imagen cayera, aun cuando antes de entrar el sexagenario parecía uno de los más fuertes.

Así fue que no dudó en denunciarlo cuando le puso el dedo en la boca a Camila mientras dormía, lo que significó su separación definitiva con Walter, quien luego de eso le hizo la cruz. Es un hecho que a diferencia de otros momentos donde Alfa gozaba de buena imagen, la acumulación de desubicaciones lo viene debilitando fuertemente de cara al público que vota todos los domingos quién sigue y quién se va del programa.

El último derrape fue cuando, mientras escuchaba que Romina Uhrig contaba que tras siete años en pareja seguía besándolo con la misma pasión que el primer día. Esto motivó que Alfa diga que para que le pase eso depende de quién tiene enfrente. "Depende con quién estés, si estás con una gorda deforme no, pero si estás con una bestia de 30 años divina, no sé", declaró.

También es un hecho que, en cuanto a conclusiones desagradables de la intimidad, Ariel no se queda atrás. Esto se hizo más que evidente cuando en una charla con sus compañeros confesó cuál es su realidad respecto a la abstinencia sexual. "Todos los hombres nos hacemos la paja una vez por día mínimo", confesó el hermanito. Aunque cuando le preguntaron si en la casa también mantenía esa costumbre, lo negó con vehemencia.

¿Cuánto tiempo más aguantará el público de Gran Hermano este tipo de intervenciones tan discriminadoras? Según el termómetro de las redes sociales, no queda mucho. Y es probable que la estrategia de Ariel de debilitarlo, de seguir así, termine cumpliendo su objetivo. Por más que eso signifique su salida.