No es novedad que la casa de Gran Hermano no brilla por su limpieza. Las habitaciones son desordenadas, la ropa de los participantes está tirada por doquier, las camas siempre están sin hacer, la cocina puede estar horas con los platos sucios, los trapos no se usan y si hay algo que los "hermanitos" odian es limpiar el baño. Hoy, Virginia Demo fue víctima de los hábitos "sucios" de sus compañeros y denunció que se topó con una "sorpresa" olorosa en el bidet.
Fue en la mañana del miércoles cuando Virginia se levantó, se dirigió hacia el comedor y les comentó a los presentes lo que había ocurrido en el baño. Ahí mismo, en la cocina, estaban Martín Ku; Federico "Manzana" Farías; Juliana "Furia" Scaglione y Nicolás Grosman preparándose el típico café con leche y la docena de huevos que comen como comida principal, totalmente sorprendidos y asqueados por lo que había pasado.
Mientras cocinaban, la participante mayor de la casa lanzó disimuladamente: "Ahí alguien tuvo un error de cálculos..."; y cuando logró tener la atención de sus compañeros, explicó: "¿Viste esos que dicen que no se pasan el papel higiénico por el culo cuando cagan antes de ir al bidet? Bueno, tuvieron un error de cálculo porque había quedado un sorete en el bidet. Hermoso, acabo de sacarlo".
La sorpresa fue total y Furia, sin filtros, insinuó: "Alguien se limpió mal la colacha". Pero rápidamente se volvió tema de conversación y el Chino explicó que eso mismo sucedía antes y que hace un tiempo ya no se veía más, por lo que pensaban que él o la dueña de la caca ya había quedado eliminado de la casa.
"Hace mil años que no se ve eso. Al principio, en los primeros dos meses, no sabes los soretes que quedaban en el bidet. Todo el tiempo encontrábamos", detalló y Virginia sumó: "Yo tuve suerte porque hasta el momento no había visto ninguno. Hoy vi uno y bastante grande en un lugar que, cuando te levantás, mirás... No sé quién fue pero ustedes sé que no porque ya estaban acá".
Nicolás y el Chino continuaron insistiendo en que hace un mes ya no veían más el bidet sucio y por lo tanto, pensaban que el culpable ya se había ido. Pero a pesar de que Virginia aclaró que ninguno de ellos fue, Manzana por las dudas quiso lavarse las manos para no quedar pegado: "Gracias a Dios yo voy a cagar cuando termino de desayunar, porque antes no me da ganas".
Luego de descartar como posibles responsables a quienes estaban en la cocina, Furia se animó a señalar a los posibles dos culpables: "Entonces fue entre Mauro y Darío". Ante esto, Virginia continuó con su relato sin querer mandar al frente a nadie: "Hay gente que no entiende que se tiene que pasar un papel por el culo antes de ir al bidet. Es así, no es algo que inventé yo".
No es la primera vez que sucede un hecho de suciedad con respecto a la caca en Gran Hermano. Es que, cualquier persona que sigue en mayor o menor medida el reality, al escuchar aquella palabra se acuerda de un episodio imborrable que, por más que se haya querido tapar bajo un millón de diarios, quedará por siempre en la historia del programa: el error de Julieta Poggio y el apodo "Popoggio".
Aquella fatídica tarde de enero, dos meses antes de que culmine el reality, Lucila "Tora" Villar encontró una mancha de excremento en un tapizado de las sillas del comedor y comenzó a preguntarle a cada uno de los participantes que seguían en juego en ese momento, quién había sido el que había dejado eso ahí.
Tras la negativa de todos los involucrados, en algún momento se llegó a la conclusión de que había sido Julieta, quien pasó llorando toda la tarde por el incómodo accidente que le tocó protagonizar. Entre llantos le reconocía a Alfa que "no podía contar" lo que le había pasado y que era algo que a ella la "ponía mal".
El peor error fue que, además de haberle sucedido en una silla del comedor, el tapizado era gris por lo cual se notaba a metros de distancia y no sólo eso, sino que largaba un profundo olor. No obstante, el lema de ver quién había sido él o la responsable, fue un misterio que duró minutos, y cuando se resolvió, por respeto y piedad a la protagonista, nadie lo volvió a comentar ni adentro ni afuera de la casa.
El momento incómodo que pasó a la posterioridad como Popoggio, haciendo juego de palabras entre el apellido de la panelista del programa y la palabra popó, fue algo imprevisible que llenó las redes sociales de dedos señaladores contra la creadora del hashtag fuera malas vibras y que, de vez en cuando, sus enemigos se acuerdan de revivirla.