20 Febrero de 2024 16:53
La semana arrancó diferente en la casa de Gran Hermano. La eliminación del domingo de Lucía Maidana creó una mini destrucción entre las "Superpoderosas", generó una dudas en todos los participantes sobre qué se estará viendo en el afuera y, como si fuera poco, el martes competirán durante todo el día por una casa y por la prueba del líder. Teniendo en cuenta que las emociones están más a flor de piel que nunca, se generó una nueva división en lo que había empezado a ser el "Imperio furioso".
Muchos de los "hermanitos" quedaron desconsolados por la pronta salida de Lucía y aún así, les tocó afrontar una semana de mucho movimiento. El lunes, Rosina Beltrán recibió a su mamá en la era "congelados" y a Federico "Manzana" Farías l tocó lo propio con la novia. El martes, amanecieron con una creciente sensibilidad y a pocas horas de haber despertado, ya se armó el primer conflicto del día.
Antes de que comience la prueba del líder y el desafío para ganarse una casa, Juliana "Furia" Scaglione se levantó y fue directamente a la cocina a saludar a quienes ya estaban preparándose el desayuno: Martín Ku, Bautista Mascia, Nicolás Grosman y Manzana. Entre risas, les advirtió que debían prepararse para lo "picante" que iba a estar el día y todos respondieron de igual manera excepto el "Chino" que prefirió llamarse a silencio.
El día continuó y mientras estaban en el comedor meta charla sobre cómo sería la prueba, Furia le preguntó al Chino si le pasaba algo ya que se lo notaba extremadamente raro. Ante eso, Ku volvió a llamarse a silencio, pero haciendo un gesto con la cara acompañado de su cuerpo de que "no le pasaba nada".
Después de la unión que tuvieron hace dos semanas, Furia y el Chino se posicionaban como los nuevos grandes aliados de la casa. Es por esto que lo que más le llamó la atención a la participante pelada es que de un momento al otro, quien era su nuevo socio comenzó a marcarle distancia.
Sin embargo, cuando se quedaron solos en el comedor y mientras el Chino limpiaba su botella de agua en la canilla, Furia se le acercó y le consultó: "¿Por qué no me miras a la cara?". Tajante, Martín le respondió: "¿Pero todo el tiempo te tengo que mirar?". Ante esto, ella retrucó: "No, es que me mirás, pero nunca a la cara. De repente me abrazás, te quedás conmigo y hace cuatro días que estás en otra. Si la vas hacer, hacela y que no se note tanto. Después hablás de los amigos, las cosas que pasan acá adentro...".
La conversación parecía ir en buenos términos, aunque Martín le espetó que ayer la "había abrazado" por lo que no había ninguna razón para pensar que hoy estaba "todo mal". No obstante, eso no le sirvió a Juliana, que siguió encasillada en su opinión. "Después hablas de los amigos y de lo que uno considera acá y yo ya les dije que no me jodan más con todas esas cosas porque no me gustan y sino hagamos las cosas limpias".
"Yo creo que estás flasheando muchísimo. ¿Por qué no me preguntas cómo estoy yo?", le dijo el Chino, sin mirarla a la cara y siguiendo haciendo sus cosas como si nada estuviera ocurriendo a su alrededor. "Porque no me hablás. Cada vez que me acerco te levantás y te vas. ¿Para qué mierda te voy a preguntar, Martín?", le contestó Furia con un total enojo tanto en su voz como en su actitud.
La pelea, de la cual era testigo Virginia que estaba sentada en el comedor, prosiguió; pero a partir de ahí, la respuesta de Martín ante todo lo que decía Furia era siempre la misma: "Pensá lo que quieras". "Ponete en mi lugar también, si uno va, se sienta, se levantan y se van, váyanse a la conch... de su madre. Yo no me la banco más y no me la fumo más. A mí no me la van hacer. Los que la van a pasar mal acá adentro son ustedes, no yo", le retrucó Juliana.
"Pensá lo que quieras. Entrenamos juntos hace dos días", aseguró Martín. De igual manera, Juliana no dio el brazo a torcer. "Me parece que te juntás conmigo por estrategia, nada más. Y creo que no pienso mal". La conversación finalizó porque el Chino decidió alejarse y dirigirse hacia las habitaciones con tal de huir. No obstante, antes de irse le aseguró a Furia que "ya iban a hablar", aunque ella se negó completamente. "No quiero, te agradezco".
El aire se cortaba con un papel y el silencio se hacía presente en la casa en ese mismo instante en el cual Furia quedó sentada completamente sola en el comedor. Mientras tanto, Martín hizo lo propio pero en el sillón que queda entre medio de las habitaciones. Mientras que ni una mosca volaba y la tensión seguía presente, la participante pelada hizo un breve descargo de su malestar.
"Todo el día cuidándole el orto a Lisandro están. ¿Quieren que gane el juego el chabón en vez de ellos? Así estamos, país. Que su familia vea esto. No gasten dinero en ellos, gasten dinero en sus hijos, no en salvarles el culo a otros", comenzó diciendo. "Igual eso no me genera absolutamente nada, solo que no puedo creer que sean así. En vez de venir y decir que quieren ganar el juego, quieren que lo gane Licha. Eso sí es como que me enfada", manifestó.
Y ahí mismo, es donde vio reflejar cuál era su verdadero enojo con Ku, quien hasta hace pocas horas era su más aliado dentro de la casa. "No vienen por su propio cuerpo. Soy muy inteligente, amo cuando le digo las cosas en la cara a la gente y se quedan caretas, no pueden decir nada. Cuando las personas no te miran a los ojos es porque ocultan y más cuando tienen las manos en los bolsillos", lanzó y concluyó: "No soy idiota. Qué ganas de meterle una trompada a unos cuantos y te lo tenés que guardar".