06 Febrero de 2023 11:02
La peleada votación con la que Ariel Ansaldo salió de la casa de Gran Hermano este último domingo, dejó algunas cosas claras respecto al juego para las pocas semanas que quedan: donde Daniela Celis pone el ojo pone la bala, el parrillero fue un gran jugador a pesar de que nadie lo quería y Julieta Poggio no tiene la imagen tan alta como daba a entender su fandom en las redes sociales.
El resultado que dejó con menos de 10 puntos de diferencia a la actriz y al recién eliminado, demostró que la rubia no la va a tener tan fácil de cara a la final, como parecía con tanta gente queriéndola en el sesgado mundo de Instagram y Twitter. Es más, hay otro elemento que aporta a esta nueva realidad: existe un universo de haters y detractores que hacen campañas en su contra y que piden su salida a partir de eventos que la misma integrante del reality contó durante su estadía en el programa.
Cabe recordar que desde los primeros días en la casa más famosa del país de la joven Poggio, comenzaron a hacerse oír sus detractores y a juzgarla por no lavar platos ni limpiar. Algo que se demostró falso por completo, ya que la chica tuvo que hacer todos los quehaceres hogareños como cualquiera de sus hermanitas y hermanitos. Aun así, los comentarios fueron los primeros en hacer mella en su imagen.
Con las semanas este tipo de acusaciones se hicieron cada vez más frecuentes y, al ver sus odiadores seriales que no movían el amperímetro cuando Juli era la más querida junto a Marcos Ginocchio, se hacían más frecuentes y más hostiles. Lo más fuerte de todo este tipo de campañas es que no se basan en noticias falsas, como otras que recibieron sus compañeros y compañeras, sino en confesiones propias de la jugadora.
La última de ellas también fue utilizada para lastimar su imagen. Se trata de, ni más ni menos, de la confirmación de que, durante la pandemia de Covid-19 y el aislamiento obligatorio que la sociedad argentina tuvo que vivir, ella y su novio Lucca Bardelli organizaron fiestas clandestinas.
"Hicimos una fiesta en cuarentena en mi casa y cayó la Policía. ¡Se metió adentro de la casa!", comenzó contando Julieta, mientras Ariel le pedía -no se sabe cuán inocentemente- que siga detallando lo sucedido. "Había como 500 personas, de verdad", precisó Poggio. "Se metió la Policía en casa y empezó a sacar a todos", agregó.La confesión de esta historia ilegal afectó a muchos usuarios de las redes sociales que suelen juzgar este tipo de actitudes y que fueron los denunciadores seriales de este tipo de situaciones durante la pandemia. A su vez, muchos aprovecharon este tipo de críticas para hacer comentarios irónicos y quitarle peso a lo que hizo junto a su pareja.
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Esta última anécdota es la que los detractores de Juli han comenzado a viralizar con el fin de hundir su perfil cada vez más, envalentonados por el cercano resultado de la placa del domingo, que la expuso como alguien débil que puede llegar a abandonar el juego. Aunque no es lo único con lo que buscan esmerilar la voluntad de los fanáticos y fanáticas del personaje que encarna en la casa.Su famosa historia respecto a su perra que no quiere, también es un eje que constantemente se evoca a la hora de que la actriz y bailarina pisa una placa de nominaciones. Es que ella confesó que en su hogar tienen una perra vieja a la que no quieren.
"En mi familia nadie la quiere. Es vieja, ciega y muy pajera, y aparte, es lesbiana, porque le da a mis perras y a mis perros no", había confesado en algún momento meses atrás en el juego. Aunque con el transcurso de las semanas, el tema se volvió a tocar, pero esta vez sólo junto a Juan Ignacio "Nacho" Castañares Puente y Daniela. Allí se preguntó si su mascota ya se había muerto o no, y el compañero recordó que igual no la quería. Entonces su amiga, la morocha Celis, sabiendo que afuera el tema había generado conflictos, trató de bajarle el precio, protegerla y correr el eje de discusión.
Las repercusiones sobre esto fueron tales que hasta la madre de Poggio, Patricia Destefani, debió salir en los últimos días a negar lo que estaban tejiendo en las redes y a mostrar a la perra en cuestión, en excelentes condiciones, para que se termine la campaña en contra de la actriz y bailarina.
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"A la cantidad de gente que está diciendo que en esta familia somos maltratadores de animales, primero decirles que los animales en mi casa son familia. Así que estamos lejos de maltratarlos", aseguró Destefani. "Supongo que Julieta se refería a Mía, que se la voy a mostrar, la supuesta perra maltratada. Esta es Mía, que en realidad de perra maltratada no tiene absolutamente nada, este es Blas, este es Ciro y esta es Roma. Esto que estoy haciendo es para toda la gente que realmente le interesan los animales", señaló la mamá de la participante.Tampoco hay que olvidarse de la accidentada situación que vivió cuando manchó con excremento una silla en la casa, por lo que en las redes pasaron a llamarla Popo-ggio y la expusieron en una anécdota que la avergonzará por siempre. La chica todavía no es consciente de que es una apodo que la seguirá por siempre, o al menos hasta que la memoria de los televidentes reemplace lo sucedido en su cabeza, por algo aún más escandaloso o vergonzante.
La campaña va a continuar y, con ella a cuatro placas de la final, probablemente se intensifique. Es un hecho que desde el día uno Julieta sumó muchos admiradores y seguidores, aunque esto también se dio a la inversa, y llenó su mundo de haters. Habrá que ver qué pesa más en la balanza -y en los votos- a la hora de elegir quién sigue y quién gana el reality show furor del momento.