La última gala de eliminación de Gran Hermano tuvo puntos muy altos, como la revelación de la historia personal de la jugadora trans Luciana Martínez y la salida de Renato Rossini Jr. en un mano a mano con Santiago Algorta, pero el rating no pasó los 13,1 puntos y promedió 12,5. Luego de dos temporadas que estuvieron por arriba de los 20, lo que mide el reality show puede parecer pobre, pero aún así es lo más visto de Telefe y de la televisión argentina. Si se puede haber desgastado el formato es una pregunta que se hacen las y los productores de Kuarzo, aunque el actual casting promete una edición con mucho juego que hasta podría mejorar los números.
Es que en términos de show, con sólo dos semanas, las y los hermanitos actuales demostraron tener pasta para generar contenido. Aunque el problema sería que para un sector del público las cosas se hayan vuelto repetitivas, tras dos años exitosos y cautivadores para una franja de televidentes. Sin ir más lejos, Luciana y su "confesión" fueron un momento muy emotivo que logró empatía en redes sociales.
"Quiero aprovechar para contarles a mis compañeros que hace un mes y medio me despedí de mi familia siendo Jorge. Yo entré a esta casa para mostrar la persona que escondí hace 10 años de mi familia, de mis amigos, de mis alumnos, de mi pueblo", llegó a decir Martínez, antes de que los aplausos de sus compañeros y compañeras cubrieran todos los micrófonos.
"A mí ser Luciana Martínez me llena de poder. Tengo otra pisada. Jorge era una persona que lidiaba con la frustración constantemente. Siento que todavía está acá. Por eso mi duelo, por eso callo, por eso tengo un nudo en la garganta. Y no me animaba, todavía no era el momento, porque necesitaba primero conectar con ustedes, conocerlos, observarlos. Porque el afuera daña mucho, lastima", reconoció. "Quiero sentirme empoderada para ese niño, para esa niña que está del otro lado", completó, para luego terminar abrazada a Luz Tito y Algorta.
Ese tridente, junto a Andrea Lázaro, son uno de los grupos ya consolidados en el juego, con un protagonismo que crece tanto dentro como fuera de la casa más famosa del país. Tras la salida victoriosa de la placa tanto de Luciana como del uruguayo, charlaron y volvieron a demostrar cómo ser las víctimas les sirve de cara a lo estratégico. "Me hubiera encantado ver la cara de Carlos (Tocco)", afirmó Luz, en relación al jugador que ya demostró actitudes transfóbicas durante este breve lapso de convivencia.
"Siento que me odia, me mira con rechazo", lamentó Martínez. "Yo lo quería. Ahora mirá", bromeó enseguida la jujeña. "Es un señor de otra época que banca mucho a los hombres y está generando un 'sindicato de hombres'", explicó Santiago, quien justo antes había soltado un "yo le perdí el miedo a la placa", envalentonado por su mano a mano con el peruano, último eliminado.
El desgaste del formato en términos de audiencia también fue remarcado por el periodista Nacho Rodríguez, quien utilizó sus redes sociales para remarcar similitudes entre el GH de Chile y el local. "En Gran Hermano de Chile, cuando el rating bajó pasó exactamente lo mismo. La participante trans le reveló en una gala de eliminación, a sus compañeros, sobre su condición. Una carta jugada muy rápida, como salvavidas en pos de mejorar el número en un domingo para el olvido", señaló el especialista en espectáculos.
La coincidencia puede no ser una casualidad. Lo que es cierto es que el programa está por arriba de lo que producen otros productos del canal. La realidad refleja que una tercera parte de quienes seguían el show, ya no lo hacen. A su vez, si los números se mantuvieran no dejaría de ser una exitosa edición. Sólo que el balance no daría para hacer una cuarta temporada consecutiva, por miedo a que el desgaste desplome por completo al formato.