"Cada acción tiene una reacción", había anunciado Jorge Rial al comienzo de la gala de Gran Hermano. Luego, vinieron los retos a algunos de los participantes por sus graves travesuras de la semana, que incluyeron ponerle lavandina al champú y una pelea que terminó con Gabriel Di Tocco obligado a usar un cuello ortopédico.
Gabriel, uno de los sancionados.
Así, se formalizó una fuerte sanción para los responsables del descontrol. Según leyó Rial, "ante los repudiables acontecimientos de esta semana, donde la casa ha sido blanco de furia, agresión y descuido de varios de sus habitantes, con una desvalorización nunca antes vista, Gran Hermano toma la siguiente decisión: sancionar con una 'tarjeta amarilla', que significa un descuento de 25 mil pesos sobre el premio final, a Agustín y Gabriel".
A Patricio Sills y Matías Portillo, mientras tanto, les esperaba un castigo aún más pesado: una "doble tarjeta amarilla" que determina que, en el caso de que ganen el reality, se les descontarán 50 mil pesos del premio final.