Contra todos los pronósticos iniciales, Marcos Ginocchio es el principal favorito para llevarse los 15 millones de pesos y la casa como premio en esta edición de Gran Hermano. El salteño es, además de un muchacho muy tranquilo, quien menos reacciones negativas generó en el público que vota semana a semana, y una persona que se muestra buena, íntegra y contemplativa con sus hermanitos y hermanitas. Al mismo tiempo, sus rivales dentro del juego comienzan a evaluar cómo correrlo de su eje y lograr que tenga una reacción que lo debilite de cara al público y les dé una posibilidad real de correrlo como ganador del reality.
En este sentido, el peleador amateur de artes marciales mixtas tiene dos frentes de batalla en este momento: por un lado Walter "Alfa" Santiago y sus constantes reclamos respecto a los alimentos y a lo que come cada uno de los participantes, y por el otro, Camila Lattanzio, quien cuenta con información del exterior, y no para de buscarlo en términos afectivos y románticos, aun cuando el joven se niega abiertamente a cualquier acercamiento.
"Después de cenar se toman un litro de yogurt", criticó una tarde Alfa, mientras estaba en la cocina con algunas hermanitas. Romina Uhrig trató de ser más amena y jugó con que "están en la etapa de crecimiento los chicos". "Dice 'como por aburrimiento'", continuó el sexagenario refiriéndose a Marcos.
"Qué hincha que sos Alfa con ese tema. Rompés con la comida", salió en su defensa Julieta Poggio. "No soy hincha, vamos a ver el domingo a la mañana qué comen; el sábado a la tarde qué comen. Te vuelvo a decir: yo no tomo leche, no me fijo. Quedó una", respondió Alfa, cada vez más enojado.
"¿A vos alguien te dice algo que te comés una milanesa de soja o una hamburguesa? Nadie te dice nada", le remarcó la joven actriz. "Me parece bárbaro. Pero yo no me como a las 15 cuatro milanesas de soja, a las 18 cuatro milanesas de sojas", siguió Alfa, otra vez en referencia al salteño, quien tiene mucha musculatura y come de forma contundente para mantener su alto y esbelto cuerpo.
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"Eso sí, porque la comida es la comida. Otra cosa es comer galletitas, leche", le aceptó Julieta. "Te estoy diciendo que hoy se tomaron tres litros de leche", explicó nuevamente Alfa. "Decime en qué te afecta o te quita el sueño", insistió la chica. "No, pero cuando no hay comida empiezan los quilombos", contestó Walter. "Por suerte ahora tenemos comida", dijo Poggio, intentando bajar la tensión de la charla. "Queda un litro de leche. ¡Un litro queda!", volvió a protestar Alfa.
"No pasa nada. Un montón de veces no tuvimos leche. Ni siquiera teníamos manzana la semana pasada. Ni naranja ni nada. Tomábamos te. ¿Nos morimos? No", respondió Julieta, intentando cerrar el debate. "Bueno, el sábado va a estar igual", expresó Walter. "No pasa nada, lo disfrutamos aunque sea", concluyó la chica.
Debates como este, alrededor de lo que comen tanto Marcos como Agustín Guardis, vienen siendo los favoritos del polémico personaje encargado de la cocina, tan predispuesto siempre a equivocarse y pasarse de la raya con cualquiera de sus compañeros y compañeras.
Y ese es sólo uno de los problemas del salteño, quien también tiene que aguantar la insistencia de Camila para intentar posar sus manos sobre él, aun cuando el chico se niega una y otra vez y nunca da un mensaje confuso en ese sentido.
Uno de estas situaciones se vivió hace unas tardes en el sauna, cuando él, la chica y el cordobés Maximiliano Giudici, disfrutaban de una sesión de calor y humedad. "¿Te lo puede explotar?", le dijo la rubia refiriéndose a un grano que el salteño tenía en su espalda, a la altura de su omóplato izquierdo. "No, gracias", contestó Marcos.
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"Dale, uno solo tenés", insistió la joven. "No, Cami. Muchas gracias", volvió a responder educadamente el rubio. "Un pedacito, un poquitito nada más", continuaba su pedido la mujer. "Camila, te están diciendo que no. ¿Qué parte no entendiste?", la retó Maxi, quien tuvo que intervenir para frenar una situación que rozaba el abuso directo, como muchas otras de las cuales las cámaras de Gran Hermano han mostrado.
Y Marcos, quien por muchos de sus detractores es considerado "una planta" porque no hace nada, rescató la defensa de su compañero y le agradeció diciendo "así se tiene que responder últimamente".
La obsesión de la chica por el muchacho más deseado de la casa, es evidente que tiene que ver con la información que tiene de afuera, la cual le mostró a Marcos como favorito, al igual que a Alfa como un personaje fuerte. Con él también juega con fuego en términos románticos, y es probable que la rubia busque, con ambos, lograr hacerles pisar el palito y debilitarlos de cara al público.