Cómo calcular la liquidación final por renuncia

En el momento en el que un trabajador decide cambiar de empleo o simplemente decide terminar el vínculo laboral, hay que tener en cuenta una serie de ítems para terminar de definir la liquidación final. 

Cuando un trabajador decide salir de su empleo, es fundamental conocer cómo hacer correctamente la liquidación final por renuncia, ya que este pago representa los derechos laborales acumulados hasta la fecha de cese. Sin embargo, se trata de un cálculo donde hay varios ítems a tener en cuenta para cumplir con todas las condiciones. 

En ese sentido, cabe destacar que la liquidación final que se realiza incluye varios conceptos básicos, entre ellos los días trabajados del mes, el Sueldo Anual Complementario (SAC) proporcional, las vacaciones no gozadas y el SAC sobre las vacaciones no utilizadas.

En primer lugar, el cálculo de los días trabajados se basa en dividir el sueldo mensual por 30 y multiplicar el resultado por la cantidad de días trabajados hasta el momento en el que se da la renuncia. Sobre este monto se suman adicionales como antigüedad, puntualidad o presentismo, en caso de corresponder. 

En tanto, cuando hablamos del SAC proporcional, se debe calcular según los días trabajados en el semestre en curso. Por ejemplo, si el trabajador renunció en agosto, se consideran los días desde el 1 de julio hasta la fecha de baja.

Por otro lado, las vacaciones no gozadas representan otro componente esencial. Según la antigüedad del empleado al 31/12 del año de la desvinculación, se determina la cantidad de días de vacaciones devengados y no utilizados en el año.

Para entender mejor, podemos ver un ejemplo práctico que ilustra mejor este procedimiento. Supongamos que un trabajador renuncia el 15 de agosto, con un sueldo bruto mensual de $990,000. Los días trabajados ascienden a $495,000, correspondientes a los 15 días laborados en el mes de agosto. El SAC proporcional para los 45 días del segundo semestre considerando el mes de julio como la mejor remuneración, se calcula en $123,750. Las vacaciones no gozadas, considerando que el empleado al 31/12 posee 14 días de vacaciones de los cuales devengó 8,75 suman $346,500, mientras que el SAC sobre estas vacaciones equivale a $28,875. Tras aplicar los descuentos legales, el monto neto a cobrar sería de $1,646,823.75.

Plazo para abonar la liquidación final

El empleador está legalmente obligado a abonar la liquidación final por renuncia en un plazo máximo de cuatro días hábiles contados a partir de la fecha de terminación del contrato laboral. Este término es establecido por la Ley de Contrato de Trabajo con el fin de garantizar que el trabajador reciba de manera oportuna las sumas que le corresponden. El incumplimiento de este plazo puede derivar en sanciones y multas para el empleador, así como en la generación de intereses compensatorios sobre el monto adeudado.

Además de la liquidación final, el empleador debe entregar los certificados laborales en un plazo no mayor a 30 días desde la fecha de baja. Estos documentos, como el Certificado de Trabajo y el Certificado del artículo 80 de la Ley de Contrato de Trabajo, son esenciales para que el empleado pueda acreditar su experiencia y obtener beneficios laborales futuros.

¿Cómo funciona el sistema de liquidación de sueldos?

El proceso para calcular la remuneración implica detallar y calcular todos los ingresos y descuentos que forman parte de la remuneración mensual de un trabajador. Este procedimiento incluye aspectos como el sueldo bruto, bonificaciones, cargas sociales, retenciones impositivas y finalmente el sueldo neto. Actualmente, muchas empresas recurren a un sistema de liquidación de sueldos para facilitar esta tarea.

Este es un software que permite realizar los cálculos de manera automática, reduciendo el margen de error humano y optimizando tiempos. Estos programas son capaces de procesar grandes volúmenes de datos, personalizar cálculos complejos y generar documentos como el libro de sueldos digital, que debe ser presentado mensualmente ante la ARCA.

Asimismo, estos sistemas calculan de forma precisa conceptos como cargas sociales e impuesto a las ganancias, generando automáticamente los archivos requeridos para cumplir con las obligaciones fiscales.

La principal ventaja de estos sistemas radica en su capacidad para adaptarse a empresas de cualquier tamaño. Permiten registrar toda la información histórica de cada trabajador y realizar cálculos de manera rápida y precisa, lo que resulta especialmente útil para compañías con numerosos empleados. 

Además, al automatizar procesos, estos sistemas inteligentes liberan tiempo para que el personal administrativo pueda dedicarse a tareas estratégicas en lugar de concentrarse exclusivamente en cálculos manuales.