01 Junio de 2016 08:30
“La verdad que nos decían otra cosa en campaña”. El presidente, Mauricio Macri, aún refunfuña, por lo bajo. No está enojado, está desencantado con el empresariado argentino. No con todos: en particular con los supermercadistas y con varios sectores de la economía que aumentaron sus precios de forma descontrolada desde diciembre de 2015.
“Hay tipos del círculo rojo que habría que mandarlos a la luna y este país cambiaría”, repite ante sus asesores. El "círculo rojo", claro, son muchos de los hombres de negocios más importantes del país.
El Presidente está decepcionado con algunos empresarios.
"Hay tipos del círculo rojo que habría que mandarlos a la luna y este país cambiaría
En ese marco, en secreto aún, el Gobierno prepara una serie de alternativas para intentar contener las futuras subas e, incluso, castigar a los que hoy lo hacen.
Macri con el supermercadista Alfredo Coto.
En Diputados hay dos iniciativas que están naciendo. Una la lleva Elisa Carrió, quien en silencio presentó un proyecto de ley llamado “Ley de Defensa de la Competencia”, en el que prevé penas de entre 2 a 8 años de prisión para quien genere inflación de manera injustificada. Sí, prisión.
El proyecto pena a quienes se determine sean los responsables de “fijación, concentración o manipulación de venta”, como también a los culpables de “aumento artificial e injustificado de los precios de venta o compra de bienes o servicios”. Está en comisión y aún no se trató. Por las dudas, Lilita, quien continúa teniendo un acceso preferencial al presidente, ya lo puso a disposición del Congreso para desempolvarlo cuando el Ejecutivo lo crea necesario.
Una de las inicitativas es de Carrió.
También hay otro proyecto que aún está en estudio y que proviene del bloque del PRO: obligar a las grandes empresas a que coticen en bolsa, de modo de que estén obligadas a mostrar sus balances. Esto supone: poder observar, desde adentro, el esquema de costos de las empresas, en especial los supermercadistas, para determinar si, efectivamente, están aumentando los precios de manera descontrolada o no.
A esta ofensiva se le suma la denuncia que realizó el bloque de Unión PRO sobre los incrementos de los principales medicamentos a expensas de los millonarios negocios de los laboratorios. En esa investigación que realizaron los diputados de Cambiemos quedaba claro que los aumentos habían excedido largamente la inflación e incluso la expectativa inflacionaria a futuro.
Rediseño
A todo esto, en el Gobierno están trabajando en el rediseño de la estructura de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, un organismo que, según cuentan las fuentes a BigBang, estaba desmantelado, desorganizado, sin recursos y sin personal calificado. El organismo es clave en esta cruzada: es quien debe seguir y sancionar a los que fijan precios.
Macri está obsesionado con bajar la inflación.
“El principal problema que tenemos es que hay muchos sectores con monopolios y oligopolios que son más difíciles de manejar”, confía una fuente oficial con despacho en el primer de Casa Rosada.
Por lo pronto, las alternativas comenzarán a barajarse en el centro del poder macrista en el segundo semestre cuando, según todas las mediciones, la inflación se desacelere finalmente y la economía empiece a mostrar gestos de normalidad. Así lo aseguran en el PRO, al menos.