Sí, es raro -pero no imposible- que un hombre no tenga ganas de hacer el amor. Por lo general, el orgullo y el machismo los obligan a intentar lo que sea por “cumplir”, al menos. Nada más desagradable para una, que se da cuenta de esto incluso antes de que se saquen la ropa. Creemos que perdieron el interés en nosotras, que no somos lo suficientemente hot, que no los calentamos, en fin, que no les gustamos más. Puede que en algunos casos algo de esto haya, pero antes de ponerte a llorar en un rincón o correr a terapia, leé esta nota. No todo está perdido. Tal vez:
Hay algo que le molesta de la relación y no sabe cómo decirlo
A los hombres les cuesta mucho hablar de lo que les pasa aunque se trate de una estupidez, como que no te estás depilando o que siempre usás ese gancho horrible en el pelo a la hora del sexo. O algo más grave, como la falta de comunicación o que le hayas dicho algo que lo ofendió y no le pediste disculpas. Lo mejor es hacerles preguntas con-cre-tas: si hay algo que lo está molestando de la relación, o de vos.
Tiene una alergia en el pene y le da vergüenza decirte
El pito es un órgano con piel y puede sufrir enfermedades dermatológicas como el resto del cuerpo. A veces se les irrita con el jabón, o tras el uso de los preservativos o calzones ajustados o de telas irritantes. Les da mucha vergüenza y son tan miedosos que no consultan, a la vez que suponen que les vas a decir “andá a saber dónde te contagiaste eso” (dejalo hacer su descargo, si es alergia no es nada que no se cure con algún tratamiento local simple).
Pasaron días y no se tocaron
Te quiere franelear en el desayuno y vos te fastidás. Quiere hacerte mimos desde atrás mientras te estás lavando los dientes y lo sacás con la cadera. Se ofendió, y vos ni te enteraste. Nena, media pila. Obviamente, su orgullo es más fuerte y no va a querer nada en la cama. A la noche mientras miran televisión, agarrale la mano o tocale la entrepierna, mejor. Dale besitos en el cuello. Mordele la oreja. Cuando se acuesten a dormir va a estar totalmente entregado.
Está cansado
Es que a veces, cuando dice “estoy muy cansado, gorda”, ¡es verdad! El agotamiento existe. Si no tiene tiempo para despejarse, alimentarse bien, relajarse, seguro que le cuesta encontrar el humor para encarar un buen revolcón. Preparale una comida rica, con vinito y un postre lleno de chocolate (la oxitocina lo re pone, acordate). Cuando le servís el café, rozale la cara con las lolas. Se te tira encima, cansado y todo.
Se aburrió
Y sí, ¡pasa! Fijate qué podes hacer para llamar su atención y calentarlo. No es que vos seas aburrida, seguro te sobran ideas, pero a veces nos dejamos llevar por la rutina, y uno de los dos refleja esto en el sexo. Cuando son los hombres, nos toca a nosotras encontrarle la vuelta.
El vínculo amoroso está desgastado
El sexo deja de calentar por el sexo mismo después de los primeros... ¿seis meses? Está bueno recordar lo bueno que los une. Por qué se juntaron, qué les gusta del otro, qué admiran del otro. Invitalo a charlar sobre eso y, acto seguido, que te diga qué lo vuelve loco cuando tienen sexo. Es muy probable que después de esta conversación quiera hacerte de todo, o que le hagas, para ser más gráficos. Dos veces, para que te quede claro.