03 Agosto de 2016 14:42

Cualquier preferencia que tengamos en las artes amatorias está conectada a placeres, miedos, fijaciones y traumas. Seas hombre o mujer, esto no cambia.
La manera en la que te desenvolvés bajo sábanas no sólo es la que te queda más cómoda físicamente. También es funcional a tu cerebro; el escenario se acomoda a otras cuestiones que se guardan en tu inconsciente.
Titanic y una escena inolvidable.
Para que quede más claro, repasamos algunas de las posiciones sexuales más habituales, para que puedas chequear si lo que dicen algunos psicólogos es cierto: la dinámica sexual refleja miedos, inseguridades, exigencias y necesidades. ¿Y el placer?
¿Qué significa cada posición?
Misionero:
Un clásico.
Si sos hombre: te cuesta tomar riesgos, preferís la zona de confort y seguir las reglas antes de arriesgarte. Seguramente no seguís los sueños de tu infancia, pero eso no tiene nada de malo, los riesgos no son para todos. Además, esto demuestra que sos más fiel que cualquier otro, lo que te hace un gran partido para una relación a largo plazo. Esta posición también demuestra que la seguridad con la que cumplís en la cama no necesita de extravagancias para sorprender a tu pareja.
Si sos mujer: te encanta generar conexión con tu pareja y el sexo es algo íntimo, mágico y especial. La monogamia fue creada para vos. Puede que seas una chica a la que siempre le dijeron cómo hacer las cosas y nunca las cuestionó. ¡Estaría bueno que te dejes llevar de vez en cuando!
Perrito:
¿Te gusta?
Si sos hombre: Casi seguro te gustan las oportunidades para denigrar a cualquiera, hay algo en el sometimiento que te excita dentro y fuera de la cama. Para la posición hay dos explicaciones posibles: o sufriste muchos rechazos durante la adolescencia, o no le tenés miedo al contacto con tu lado animal. Si elegiste la segunda, ¡felicitaciones! a muchas mujeres les gusta el sometimiento en la cama.
Si sos mujer: Te gusta que piensen que sos reservada, tranquila y seria, pero en la cama no dudás en soltar tus instintos de mujer atrevida y segura de sí misma. En tu casa pudiste pedir las cosas que querías, así que creciste exigiendo más y más. Existe otra posibilidad: que te hayan acostumbrado a no tener opinión en muchas cosas y ahora confundas poder con sumisión. Ups...
Vaquera:
Mejor tener el control.
Si sos hombre: lo que tu cuerpo dice con esta posición es que odia los compromisos y los esfuerzos que no sean para vos mismo. Preferís que otros se tomen la molestia ¡y mejor si te dan todo servido en bandeja! Es bueno tener poder y decisión, pero no esperes siempre conseguir los resultados que esperás.
Si sos mujer: Llegaste a la edad adulta peleando por lo que querés y no vas a pedir permiso o perdón por eso. Seguramente en tu adolescencia fuiste una chica a la que no le importaba el qué dirán. La forma en que hacés cualquier cosa, incluso el sexo, es una manera de mostrar tu personalidad. Que estés dispuesta a hacer cosas por los demás no quita que quien se lleva el mayor beneficio seas vos.
Cucharita:
Tierna...
Si sos hombre: producto de una adolescencia poco estable, esta postura para tener sexo dice que sos un hombre con baja autoestima, pero muy comprometido con quien ama. La cercanía y ternura de esta figura muestra lo importante que es tu pareja en tu vida. ¡Qué importa el pasado, sólo hay que mirar al futuro!
Si sos mujer: Sos una persona en quien confiar y disfrutás de ser confiable. Mostrás calidez humana y tu optimismo hace que los demás -sobre todo tu pareja- sientan que nunca los vas a abandonar. Los lazos afectivos son todo para vos. Aunque esta posición también podría hablar de una mujer que sólo quiere atención para sí misma, así que hay que buscar el equilibrio.
De pie:
¿Es más habitual de pie?
Si sos hombre: no te gustan las cosas fáciles y necesitás controlar todo lo que pasa a tu alrededor. Manipular de lo que pasa, aun cuando no te deje nada provechoso, es algo que preferís antes de no involucrarte activamente en algo. Sos un hombre de acción y perseverancia, aunque eso no signifique logros convencionales.
Si sos mujer: te enseñaron a no dejarte pasar por otros. Te esforzás por demostrar de qué estás hecha y te desespera la gente que no puede ir al mismo ritmo que vos. Ese carácter fuerte te ha de traer problemas, pero te importa poco. Preferís un segundo de intensidad a una hora de estabilidad.
¿Te sentiste identificada/o?