28 Mayo de 2018 13:14
A fines del año pasado, el gobierno estadounidense anunció una medida que entrará en vigor a partir del 11 de junio y que podría cambiar para siempre el paisaje de Internet: la virtual cancelación de la neutralidad en la red.
Donald Trump derogó las normativas que garantizaban la neutralidad de la red.
Esto determina que a partir de esa fecha, los proveedores de servicios web tendrán libertad total para manipular o limitar el acceso a la información que circula online. Pero, ¿qué consecuencias podría tener esta decisión?
Las claves
El concepto de "neutralidad de la red" implica que todos los paquetes de datos deben ser tratados de la misma manera. Es decir, que los proveedores de Internet y los operadores de banda ancha pueden decidir arbitrariamente sobre ellos. Esto determina que el acceso a la red debe proveerse de manera justa e igualitaria, sin importar cuánto se pague por él o donde estén situados los usuarios.
La información que circula por Internet siempre lo hace en forma de paquetes de datos que se transportan de manera automática e independiente, guiados por una infraestructura que indica la ruta adecuada para llegar a destino y convertirse en algo tangible.
Con la derogación de la neutralidad, los proveedores de servicios de Internet se verán ante la posibilidad de controlar la distribución de la información.
Las implicaciones son ciertamente polémicas. Las empresas podrían, por ejemplo, vender "paquetes" autorizando sólo el acceso a una cantidad limitada de sitios, al igual que sucede con la televisión por cable. También hasta podría facilitarse el camino a la abierta censura de información o noticias determinadas.
El costo que se les podría imponer a las generadoras de contenido, al mismo tiempo, podría trasladarse a los usuarios. Así, por ejemplo, si Netflix se viera obligado a pagar para incluir sus servicios en paquetes "premium", los consumidores absorberían el costo igual que sucedió semanas atrás con la imposición de pago de IVA al servicio de streaming.
En 2015, bajo el gobierno de Barack Obama, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC) estableció que los operadores de banda ancha deberían obedecer reglas de interconexión y de no discriminación, dándole así marco legal a la neutralidad de la red.
Sin embargo, Donald Trump revirtió la decisión y, además, colocó como director de la FCC a Ajit Pai, ex abogado de Verizon, uno de los principales proveedores de banda ancha en Estados Unidos.
