A las 8.45 de la mañana (hora de Nueva York) del 11 de septiembre de 2001, cuando un Boeing 767 de American Airlines se estrelló entre los pisos 93 y 99 de la Torre Norte del World Trade Center, el mundo se paralizó.
Primero sorpresa, luego de un lapso de incerdulidad y desesperación, llegó el miedo. A quienes veían las imágenes por TV les costaba creer que fuera cierto.
Una postal del terror.
Pero pronto se tomó dimensión de lo que ocurría: 18 minutos después, un Boeing idéntico y de la misma compañía impactó entre las plantas 77 a 85 de la Torre Sur. Los dos aviones debían cumplir el mismo trayecto (Boston-Los Ángeles), pero fueron desviados por terroristas presuntamente de Al-Qaeda, la organización islámica regida por el ex aliado de Estados Unidos en Afganistán Osama Bin Laden.
Hace quince años, pero la marca que el atentado dejó en la sociedad y el orgullo de EE.UU. es imborrable. Pronto, en el vértigo informativo, se supo que un tercer avión había impactado en la sede de las Fuerzas armadas, el legendario Pentágono.
Otra aeronave se estrelló, segun la versión oficial por acción de los pasajeros que se rebelaron, pero según analistas, la derribó un misil. Esa avión se dirigía a la Casa blanca o al Capitolio.
Bomberos declararon que sintieron una explosión en la base de los edificios.
Antes del medidía se contabilizaban 2.823 muertos y 6.000 heridos y el nivel de alerta en Defensa estaba en DEFCOM 1. Mientras el infierno se desataba, el presidente George W Bush estaba en un jardín de infantes y cuando le informaron lo que sucedía tardó en reaccionar. Versiones periodísticas afirman que el vice Dick Cheeney, asumió el control. Sería recordado como el 11S, día de actos, homenajes y de recordatorio de los héroes que allí perdieron la vida.
El episodio sería inmortalizado como el 11S, día de homenajes y de recordatorio de los héroes que allí perdieron la vida. Pero quedaron muchas dudas flotando, las que fueron surgiendo luego del impacto emocional.
El homenaje oficial.
Lo que el viento se llevó
¿Y el avión que impactó en el Pentágono?
En su tan aclamado como criticado libro "La gran impostura. Ningún avión chocó contra el Pentágono", el periodista francés Thierry Meyssan resume una serie de incongruencias que se dieron en la información referida a lo que pasó con el vuelo 77 de American Airlines. Abona la teoría del misil.
El avión, que venía a toda velocidad, se detuvo en seco, sin que sus alas golpearan la fachada. No se aprecia ningún rastro de impacto, salvo el de la nariz del avión. En realidad, deberían verse las alas y el fuselaje.
En las fotos post choque no se advierten restos de un avión. Tampoco hay charcos de combustible, ni equipaje, ni cuerpos sin vida de los pasajeros del vuelo 77.
La autoridades declararon que el avión se desintegró con la explosión. Luego, dijeron haber reconocido a las víctimas por sus huellas dactilares y tomas de ADN. Extraño.
Todos los testimonios y observaciones remiten al disparo de un misil de última generación de tipo AGM, dotado de una carga vacía y punta de uranio empobrecido de tipo BLU, guiado por GPS. Sólo un misil del ejército de Estados Unidos de América que emita un código amigo puede entrar en el espacio aéreo.
Las Torres Gemelas
El ancho de las Torres Gemelas era de 63,70 metros. La envergadura de un Boeing 767 es de 47,60 metros. Un simple desplazamiento de 55,65 metros, y los aviones habrían fallado su blanco. A velocidad media (700 km/h), esta distancia se recorre en tres décimas de segundo.
Pilotos profesionales confirmaron que, entre ellos, pocos son capaces de planear una operación así y para pilotos aficionados la excluyen formalmente.
Existe un medio infalible para lograr ese objetivo: utilizar balizas. Una señal emitida desde el blanco atrae al avión, que es guiado automáticamente. La existencia de una baliza en el World Trade Center es atestiguada por radioaficionados que registraron su señal. Fue detectada porque interfería las emisiones de las antenas de televisión situadas en las torres.
Un hueco de dolor e incertidumbre. Ground Cero.
Tras el impacto, las Torres Gemelas se desmoronaron sobre sí mismas. Según el informe preliminar, la combustión del combustible de los aviones desprendió un formidable calor que habría fragilizado la estructura metálica central. Las asociaciones de bomberos de Nueva York rechazaron esta teoría y, con la ayuda de cálculos, aseguran que esas estructuras podían resistir mucho tiempo al fuego. Los bomberos afirman haber oído explosiones en la base de los edificios.
William Rodriguez, empleado del World Trade Center, y varias decenas de testigos más denunciaron haber escuchado explosiones subterráneas en la base de las Torres Gemelas, minutos antes de que el primer avión impactara.
Dudas y más dudas
A la hora del primer choque, en las Torres Gemelas debía haber entre treinta y cuarenta mil personas trabajando.
Según el balance oficial del 9 de febrero de 2002, los dos atentados de Nueva York habrían provocado un total de dos mil ochocientos cuarenta y tres muertos.
Este balance es muy inferior a las estimaciones iniciales y deja pensar que, a pesar de las apariencias, los atentados no buscaban provocar masivas pérdidas humanas.
El periódico israelita Ha'aretz reveló que Odigo, una empresa líder en materia de mensajería electrónica, recibió mensajes de alerta anónimos donde se informaba de los atentados de Nueva York dos horas antes de que ocurrieran. Los hechos fueron confirmados al periódico por Micha Macover, director de la empresa.
El FBI afirmó haber descubierto el pasaporte intacto de Mohammed Atta, el supuesto jefe del equipo de 19 secuestradores, entre las ruinas del World Trade Center.
De haberse embarcado, los nombres de los secuestradores deberían figurar en alguna lista de pasajeros de cada uno de los vuelos secuestrados ese día. Pero no aparecen ni los 19 acusados, ni ningún otro nombre árabe.
No hay evidencia que conecte a alguno de los supuestos secuestradores con Osama Bin Laden. La mayoría eran saudíes.
Lo cierto que el atentado marcó un antes y un después en la política exterior o, mejor dicho, y sostenido por muchos asnalistas, fue la excusa para invadir Irak, Afganistan, atacar objetivos, crear Guantánamo y dictar la controvertida ley patriótica. Muchas casualidades conectadas.
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