por Amilcar Nani
08 Enero de 2017 12:35Un 8 de enero, pero de 1642, el astrónomo, filósofo, ingeniero, matemático y físico italiano Galileo Galilei se despedía de este mundo y pasaba a la inmortalidad. Sin embargo, 375 años más tarde, el capítulo final en la vida de esta eminencia del Renacimiento aún se debate: ¿fue quemado en la hoguera por la Santa Inquisición o murió plácidamente en su casa por muerte natural?
El escenario tan antagónico aún asombra a más de uno, en especial a los que dan por cierta alguna de las dos versiones.
Galilelo Galilei, uno de los grandes hombres del Renacimiento
Galileo fue un hombre que mostró interés por casi todas las ciencias y artes (música, literatura, pintura). Sus logros incluyen la mejora del telescopio, una gran variedad de observaciones astronómicas, la primera ley del movimiento y, el episodio más importante de su vida: el apoyo a la teoría heliocentrista que determinaba que los planetas, incluida la Tierra, giran alrededor del Sol, contradiciendo y dejando en ridículo a la teoría geocentrista sostenida por la Iglesia, donde se afirmaba que la Tierra era el centro del universo y todo giraba a nuestro alrededor.
En otras palabras, Galileo Galilei fue el ariete de la aún infame “Guerra de la ciencia con la religión”, iniciada por la lucha de La Inquisición por erradicar la herejía y todo saber científico que contradijera las santas escrituras.
El juicio de la Iglesia a Galileo Galilei
La historia cuenta que en 1633, a la edad de 69 años, Galileo fue juzgado ante el Santo Oficio, la Inquisición romana, para dar cuenta de un libro que había publicado un año atrás, el Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo, en el que defiende el modelo heliocéntrico propuesto por Copérnico.
Sin embargo, las idas y vueltas entre el científico italiano y la Iglesia venía de mucho antes: en 1616, el cardenal Belarmino, inquisidor del Santo Oficio, el mismo que había dirigido el proceso contra el filósofo Giordano Bruno, que fue quemado vivo en la hoguera, ya había amonestado a Galileo por tratar de defender el copernicanismo y por poner en duda la representación tradicional del mundo.
Pintura que retrata el juicio de La Iglesia a Galileo Galilei
Pero en 1633, ya con su libro circulando, la Inquisición quería que se retractara y considerara su modelo una simple hipótesis matemática. Fue por eso que el 22 de junio de ese año, Galileo fue obligado a pronunciar de rodillas la abjuración de su doctrina ante la comisión de inquisidores, bajo las órdenes del papa Urbano VIII, que había sido su amigo.
La condena pesó sobre su nombre, y a la Inquisición le gustaba mucho terminar con fuego con todo aquello que no fuera de su agrado.
Y es aquí, en este punto, donde la historia toma dos caminos: la leyenda cuenta que Galileo corrió la misma suerte que Giordano Bruno y que su cuerpo terminó consumido por las llamas, pero historiadores de varios credos y países desmienten esta versión y afirman que el renacentista falleció de plácidamente y de muerte natural en su casa ubicada en las afueras de Florencia, Italia.
¿Cómo zafó Galileo de la hoguera?
Galileo no era un persona cualquiera en su época: ya en vida era toda una eminencia y leyenda viviente. Pero aun así, fue encontrado culpable en el juicio de 1633.
Sin embargo, gracias a ser el protegido del Gran Duque de Toscana, Fernando II de Médici, la pena que pesó sobre sus hombros fue la cárcel en vez de la muerte. Pero por supuesto que no fue a una prisión común: Galilei pasó solamente un tiempo “preso” en una residencia de la Inquisición, en una habitación destinada a los eclesiásticos, y todos los días le llegaba comida proveniente de la embajada de Toscana.
Galileo es considerado el Padre de la Ciencia Moderna y la Astronomía
Al poco tiempo, el Gran Duque recurrió a sus influencias y logró que Galileo siguiera purgando su pena en la Villa Medici.
Meses más tarde, la Iglesia lo autorizó a volver a su casa en Florencia, lugar en el que vivió unos 8 años más, entregado en cuerpo y alma hasta 1642, año en el que falleció de viejo plácidamente en su cama.