07 Julio de 2015 12:09
"Siempre es sorprendente lo que puede hacer el Papa a su edad", dijo el vocero del Vaticano, el reverendo Federico Lombardi. Es que en este tercer día de su visita a Ecuador, en el marco de una gira por Sudamérica que incluye Bolivia y Paraguay, Francisco brinda su segunda misa en suelo ecuatoriano, pero esta vez bajo una intensa lluvia y temperaturas muy bajas que no amedrentaron a los más de 500.000 feligreses que lo aguardaron en el Parque del Bicentenario para participar en la segunda misa a cielo abierto.
El Papa, en su visita a la región.
Las declaraciones de Lombardi se refieren a que varios miembros de la comitiva papal amanecieron con dolor de cabeza, pero no así el Papa, por el mal de altura: Quito se encuentra a 2800 metros sobre el nivel del mar. El Sumo Pontífice dijo que esta es la forma en que Dios lo ayuda en su ministerio, indicó Lombardi. Francisco tiene 78 años, un pulmón menos y ayer estuvo sometido, durante varias horas, al intenso sol y a una temperatura que rondó los 32 grados.
Más de 500.000 feligreses que lo aguardaron en el Parque del Bicentenario.
A las 08:30 de hoy, y sin mostrar síntomas de cansancio o del efecto de la altura, Francisco realizó el recorrido desde la Nunciatura Apostólica hacia el parque, y en el trayecto saludó desde el auto a los cientos de personas que desde la madrugada se habían congregado a lo largo de la avenida Amazonas para verlo pasar.
En el parque Bicentenario lo esperaban los obispos del país, quienes empezaron a llegar pasadas las 08. Allí también, entre aplausos, por parte de los devotos, llegó la imagen de la Virgen Dolorosa del Colegio San Gabriel.
Más temprano, en el templete que se había adecuado para la misa, se ultimaban los detalles del lugar. A medida que amanecía, luego de una noche fría y lluviosa, el cielo de Quito empezaba a despejarse. Mientras esto pasaba en el lugar de concentración, decenas de personas esperaron en los exteriores de la Nunciatura Apostólica, donde pernoctó el papa Francisco, para verlo salir hacia el parque. En coro repetían: "Francisco, te amamos, por eso te esperamos".
Durante el trayecto hacia el Parque del Bicentenario, el pontífice se detuvo un momento el “Papamóvil” para bendecir a una señora, adulta mayor, que en silla de ruedas lo saludaba desde uno de los bloques. Emocionada, junto a su hija, no podía contener las lágrimas y el júbilo por la atención recibida.
"Francisco, te amamos, por eso te esperamos", eso le gritaban sus fieles.
El Pontífice recorrió en el vehículo los espacios dejados entre los 34 bloques para llegar así a los miles de fieles, verlos de cerca, saludarlos, en este su tercer día de misión pastoral, evangelizadora, en Ecuador.
Luego de la multitudinaria misa en el Parque del Bicentenario de Quito, Francisco tendrá un encuentro con estudiantes, visitará una iglesia colonial y se reunirá con campesinos e indígenas.