Sin dudas, de su mente han salido algunos de los escenarios más escalofriantes, más terroríficos, más espeluznantes: la literatura de Stephen King ha atemorizado a varias generaciones y sus libros son, al día de hoy, referencia innata al género del terror.
King fue autor de grandes best sellers como "El Resplandor", "It", "La Torres Oscura" y "Las Cuatro Estaciones", entre muchísimos otros
Sin embargo, el hombre capaz de imaginar lo peor del género humano y lo más macabro del inframundo, de lo esotérico y lo paranormal, ahora parece horrorizado con su presente -y el de miles de norteamericanos más- al ver su peor pesadilla hecha realidad: Donald Trump presidente.
Donald Trump: el impensado presidente de los Estados Unidos
En la previa a las elecciones norteamericanas, el padre de Cujo, Misery y el temible Jack Torrence fue uno de los que más campaña en contra hizo contra el magnate. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano y con la victoria de Trump, el escritor se retiró de las redes sociales. Hasta hoy, que volvió con un chiste cargado de crítica dedicado al que será el “Comandante en Jefe” (como les gusta decir a los norteamericanos al residente de la Casa Blanca) desde el próximo 20 de enero.
“El Presidente electo prepara su tarjeta navideña para los líderes extranjeros”, escribió en su perfil de la red social Twitter para acompañar la foto de una explosión atómica.
King volvió a dar señales de vida en Twitter luego de 13 días (“13”... un número maldito para un escritor maldito): la última vez que escribió fue el 9 de noviembre, un día después de las elecciones en Estados Unidos.
En 2015, Stephen King fue premiado con la Medalla Nacional de las Artes, galardón que le entregó Barack Obama
Decepcionado con el resultado, informó a sus seguidores que no habría más recomendaciones de libros, sugerencias políticas y “divertidas imágenes de perritos” en un futuro próximo. Pero antes de llamarse a silencio, le advirtió a Trump, sin nombrarlo: “Si lo rompes, lo pagas”.
Las críticas a Trump (que ahora se le hicieron realidad)
Suplicó, ironizó y hasta advirtió, pero nada sirvió: Donald Trump ganó las elecciones y será el próximo presidente de los Estados Unidos.
“Votantes del Trump, piénsenlo de nuevo. Seguro, están locos, lo entiendo. Pero no quemen la casa si no les gusta la decoración”, escribió a fines de octubre.
Por el lado del humor, usó sus mejores armas: “Mi nueva historia de terror: había una vez un hombre llamado Donald Trump que quería ser Presidente. Y varias personas querían que gane...”
My newest horror story: Once upon a time there was a man named Donald Trump, and he ran for president. Some people wanted him to win.
- Stephen King (@StephenKing)
“Los Republicanos quieren poner armas nucleares en manos de un hombre con el temperamento de un nene de 2 años. Esto escapa a mi entendimiento”, protestó finalmente sin mucho éxito.
Repubs want to put nuclear weapons in the hands of a man with the temperament of a 2-year-old. This goes beyond my understanding.
- Stephen King (@StephenKing)
Stephen King y su perra Trumpista
Dueño de un sentido del humor retorcido e inmaculado, el creador de Cementerio de Animales montó en las redes sociales una especie de comedia protagonizada por él y su perra Molly, o como él la llama, “La cosa del mal”.
Molly, aka the Thing of Evil, after believing Donald Trump was the CANDIDATE of evil, switches her allegiance to someone even worse. pic.twitter.com/ZkvrfPffE5
- Stephen King (@StephenKing)
El chiste -que ahora se le hizo realidad- era que Molly, como buena malvada, había elegido a Donald Trump como su candidato a Presidente. Y no sólo eso: hacía campaña por su “candidato del mal”.
Molly, aka the Thing of Evil, enjoys her usual breakfast of gin and juice while listening to Iron Maiden's Powerslave album. pic.twitter.com/yYy8Jzx9zg
- Stephen King (@StephenKing)
Molly, aka the Thing of Evil, preps for her job as moderator at the next Clinton-Trump debate. If anyone can make Trump shut up, it's Molly. pic.twitter.com/GArJBSJp2K
- Stephen King (@StephenKing)
King y Molly son inseparables y el escritor hace de la vida de su perro un reality show, donde la muestra siempre haciendo cosas desopilantes u ordinarias pero siempre intervenidas por él para que parezca que la perra conspira con su maldad.