06 Diciembre de 2016 11:45
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Los 50 segundo finales
Fueron 50 segundos finales. El avión se quedó sin combustible, todas las luces se apagaron y la tripulación no activó el protocolo de seguridad. En medio de la oscuridad del Cerro Gordo, en Colombia, el Vuelo 2933 de LaMia se estrelló el lunes 28 de noviembre a las 22:15. Lo separaron sólo 18 kilómetros para aterrizar en el Aeropuerto Internacional José María Córdova.
El negociado, que aún se investiga, provocó la muerte de 71 pasajeros, entre ellos, la mayoría del plantel del Atlético Chapecoense, que dos días más tarde hubiera disputado el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana contra Atlético Nacional de Medellín.
También falleció el piloto, Miguel Quiroga, quien a su vez era accionista de la empresa aérea. Por eso, se especuló que no hizo la escala técnica recomendada para cargar más combustible. El análisis de las cajas negras confirmaría el negociado detrás del desastre.
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El despertar de un sobreviviente
"¿Qué me pasó?", "¿dónde están mis compañeros?", "¿cuándo voy a volver a casa?", fueron las primeras preguntas que el defensor del Atlético Chapecoense, Alan Ruschel, le hizo a su hermana Alissen cuando por fin despertó del coma farmacológico posterior al desastre en el que se encontraba en el Hospital San Juan de Dios.
Alan Ruschel dice que sobrevivió gracias a Dios.
El defensor, quien sufrió fractura de la décima vértebra, comprensión abdominal y en la tibia, insistía en saber qué le había sucedido al resto. Por eso, según reveló su hermana, al principio le contaron que "el avión había aterrizado de emergencia y que algunos de sus compañeros estaban en el hospital". Querían evitar que una posible reacción nerviosa afectara su recuperación.
Finalmente, un psicólogo fue el encargado de contarle la verdad al jugador de 27 años. "Le reveló todo lo que había sucedido. Mi hermano dice que fue un milagro de Dios. Sólo quiere regresar, quiere salir del hospital", contó entre lágrimas Alissen.
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Las últimas palabras de Danilo para su hijo
Dicen que cuando la muerte es inminente uno repasa en unos pocos segundos los hechos más importantes de su vida. En el caso de Marcos Danilo Padilha quizás recordó, por un lado, la pelota que le atajó a Marcos Angeleri para pasar a la final de la Copa Sudamericana por la que el Atlético Chapecoense se encontraba abordo del avión; por otro lado, lógicamente, a su familia.
El arquero y su pequeño hijo.
"Dile a mi hijo (Lorenzo) que desde arriba lo cuidaré y que jugaré al fútbol siempre a su lado", le suplicó el arquero de 31 años a su mujer, Leticia, a quien le agradeció por compartir "unos años maravillosos", antes de ingresar al quirófano del que ya no saldría con vida.
Danilo y Leticia en sus "años maravillosos".
“Mi corazón está en pedazos. Estoy sufriendo mucho. Es una situación increíblemente difícil. Nunca pensé que viviría esto”, fueron las palabras de su madre, Alaide, al despedir a su hijo.
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El "amor eterno" de una viuda embarazada
A sus 18 años, la vida le sonreía a Graziele. Se había casado con Tiago da Rocha Vieira Alves, estaba contenta por el pase a la final de la Copa Sudamericana y se había enterado de que estaba embarazada. Pero, cuando le avisaron del desastre del Atlético Chapecoense, su mundo se le derrumbó en un solo segundo.
"Mi amor, mi gran amor, mi amor eterno. No hay palabras en este mundo que puedan describir cuánto te amo. El tamaño del dolor por haber perdido al hombre de mi vida es demasiado grande. Estoy sin oxígeno, no sé cómo voy a hacer para sobrevivir", lo despidió en sus redes sociales.
Tiago esperaba un hijo con Graziele.
Por eso, la joven le juró amor eterno al mediocampista de 22 años: "Mi mayor fortaleza es este regalo que me dejaste, un pedacito de mi Tiaguinho. Te prometo que en donde estés, siempre serás mi marido. Voy a cumplir con lo que te prometí en el altar hasta el final de mi vida".
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El tatuaje de las viudas
El 9 de diciembre hubiera sido una fiesta: trece jugadores y sus parejas habrían aterrizado en la República Dominicana para disfrutar de las playas de Punta Cana. Por eso, varias de las mujeres se tatuaron hace sólo un mes un avión cruzado a un corazón. La idea era recordar ese viaje para el resto de sus vidas. Sin embargo, el desastre lo resignificó.
Rosangela y el tatuaje de la premonición.
"Era la marca del viaje para que cuando estuviéramos viejos, pudiéramos recordarlos, para seguir juntos", explicó Rosangela Loureiro, la viuda del mediocampista Cleber Santana, sobre las vacaciones que habían pensado como broche de oro por el año del Atlético Chapecoense.
Por eso, ni bien se enteró del accidente en Colombia, Rosangela se lamentó: "Preferiría que el avión que se cayó hubiera sido el que nos llevaría a Punta Cana porque estaríamos todos juntos: mi marido, mis hijos y yo. Hubiera sido mejor que quedarme sola con los niños".
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La premonición del vice
El vicepresidente del Atlético Chapecoense, Iván Tozzo, quería vivir desde adentro el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional en Colombia. Sin embargo, una premonición lo salvó. "No viajé porque la noche anterior tuve un mal presentimiento", reveló al enterarse de la suerte del resto del plantel en el Cerro Gordo.
"Pensé que todavía estaba soñando cuando recibí la noticia. Estaba en la lista, los compañeros me llamaban para que viajara, deseaban pasar a la historia, pero no abordé porque no tenía una buena sensación", describió antes de romper en llanto.
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Multitudinario homenaje
Más de cien mil personas despidieron a 50 de los fallecidos en el Estadio Arena Condá. Con la presencia del presidente de Brasil, Michel Temer, el embajador de Colombia, Alejandro Borda, y familiares, jugadores, dirigentes y periodistas recibieron el último adiós.
El homenaje en Chapecó.
La mamá del arquero Danilo viene a saludar a los hinchas. pic.twitter.com/TpusQIi6Ya
- Diego Geddes (@diegogeddes) 3 de diciembre de 2016
"En las alegrías y en las horas más difíciles. Mi 'Huracán' tu siempre serás un vencedor", rezaba la carpa donde fueron colocados los féretros en el estadio del Atlético Chapecoense para homenajear a sus héroes. La incesante lluvia se confundió con las lágrimas de todos.
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El fair play del Atlético Nacional
La idea, que nació del propio Atlético Nacional de Medellín, finalmente fue tomada por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol). Por eso, la organización presidida por Alejandro Domínguez declaró ayer a Atlético Chapecoense como campeón de la Copa Sudamericana en homenaje a los jugadores y dirigentes muertos por el desastre en Colombia.
De esta manera, el equipo brasileño se enfrentará a su par colombiano en la final de la Recopa Sudamericana en lo que será el partido que no pudo ser antes de la tragedia. También clasificó a la Copa Libertadores y la Copa Suruga Bank y recibió dos millones de dólares.
CONMEBOL reconoce a Atlético Nacional con el premio del Centenario de la Conmebol al Fair Play: https://t.co/SEUxRxIEFn pic.twitter.com/rzXFPJjS62
- CONMEBOL.com (@CONMEBOL) 5 de diciembre de 2016
Por su parte, la Conmebol felicitó al Atlético Nacional de Medellín compensándolo con un millón de dólares por su fair play al solicitar que la copa fuera para su rival: "De nuestra parte, y para siempre, Atlético Chapecoense campeón de la Copa Sudamericana 2016".
