Desaparecida en junio de 1983, Emanuela Orlandi sigue siendo uno de los misterios más grandes de la historia policial italiana. Y el jueves 11 de julio, un nuevo capítulo se sumará cuando se abran dos tumbas en el Cementerio Teutónico del Vaticano.
La decisión llegó luego de que la abogada de la familia Orlandi, Laura Sgró, recibiera un sobre anónimo con una foto de las sepulturas acompañada por un críptico mensaje: "busquen donde está el ángel".
La referencia probablemente apunta a una estatua del Cementerio Teutónico que custodia dos sepulturas que, de acuerdo a la letrada, fueron sometidas a investigaciones que indican que podrían haber sido manipuladas.
Ante el pedido de los Orlandi, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, aprobó la apertura de las tumbas. Pietro Orlandi, hermano de Emanuela, le agradeció "por su coraje" y por "la voluntad de buscar la verdad".
Vale recordar que el año pasado, se encontraron huesos humanos durante unas obras de refacción en la Nunciatura Apostólica en Roma. Sin embargo, luego se determinó que los restos pertenecían a dos individuos de sexo masculino que habían vivido entre el 90 y el 230 después de Cristo.
Mafia, Iglesia y poder
Emanuela tenía 15 años al momento de desaparecer y era hija de Ercole Orlandi, un funcionario vaticano cercano al Papa. Fue vista por última vez luego de salir de una clase de flauta en un edificio aledaño a la basílica de San Apolinar, junto a plaza Navona.
Días después, sus padres comenzaron a recibir extraños mensajes telefónicos de personas que aseguraban tenerla como rehén y exigían, a cambio de su liberación, la entrega de Alí Agca, el turco detenido el año anterior por intentar asesinar a Juan Pablo II. Pronto, en un paquete de correos, recibieron el bolso que Emanuela llevaba el día de su desaparición.
Las principales sospechas giraron siempre en torno a Enrico de Pedis, el capo de la Magliana, una poderosa banda mafiosa. Su relación con el caso se profundizó cuando 22 años después de la desaparición de Orlandi, una voz anónima llamó al programa televisivo Chi l'ha visto develando una pista: "Para saber más sobre Emanuela, miren en la tumba de De Pedis y averigüen el favor que le hizo al cardenal Poletti".
De Pedis -asesinado en 1990- había donado al cardenal Ugo Poletti (vicario general de Roma) una suma de dinero a cambio de ser enterrado en la cripta de San Apolinar, lugar reservado a dignatarios de la Iglesia. Sin embargo, cuando al fin la familia Orlandi logró que se inspeccionara la tumba en el 2012, ningún rastro de la joven fue hallado.
Otra voz se sumó en contra del mafioso, la de su ex amante Sabrina Minardi. Frente a un juez, aseguró que Emanuela había sido secuestrada y asesinada por De Pedis por orden del ex presidente del Banco Vaticano, el cardenal Paul Marcinkus. La razón tenía que ver con el conocimiento que Ercole, padre de la adolescente, tenía sobre peligrosos documentos del Vaticano, referidos a ese banco, que luego quebró.