El arzobispo de Australia y actual ministro de Finanzas del Vaticano, cardenal George Pell, máximo representante de la Iglesia australiana y ministro de Finanzas del Vaticano, fue denunciado ayer públicamente por varios casos de pedofilia. En el programa periodístico australiano 7.30 Report hablaron algunas de sus presuntas víctimas, quienes anteriormente se habían presentado ante una comisión del Gobierno de su país que investiga la respuesta de la Iglesia y de las instituciones del Estado a los abusos de menores.
George Pell con el Papa Francisco
Entre otros testimonios impactantes, un habitante de la ciudad de Torquay declaró a la Policía que vio a Pell desnudo frente a tres niños en los camarines de un club de surf en los 80. El programa reveló además que la policía investiga un caso de abuso que habría cometido Pell en los 90 contra dos niños de un coro, cuando era arzobispo de Melbourne. Pell está acusado de abusos sexuales en tres ciudades australianas distintas: Torquay, Melbourne y Ballarat, su ciudad natal.
El sacerdote acusado, con el papa Benedicto XVI.
La respuesta del sacerdote ante las revelaciones periodísticas fue, por lo menos, poco original: denunció una campaña de difamación en su contra y negó todos los cargos. Los abusos habrían sido cometidos entre las décadas de 1970 y de 1990.
Primero fue acusado de encubridor: ahora, de abusador.
Un dato que hace aún más siniestras las nuevas revelaciones es que en marzo pasado el propio Pell se había reunido con víctimas de abusos cometidos por otros sacerdotes australianos y les había pedido disculpas en nombre de la Iglesia, aunque negó haberlos encubierto personalmente. Entonces, como ahora, las historias de abusos sexuales se habían hecho públicas gracias a una investigación del canal australiano ABC que provocó un escándalo internacional. Apenas unos días antes había ganado el Oscar la película En primera plana, que describe una horrenda telaraña de casos de pedofilia encubiertos en la ciudad estadounidense de Boston.
Ahora las acusaciones fueron más allá: las nuevas denuncias ya no lo incluyen como encubridor, sino directamente como abusador. Hombre de absoluta confianza del Papa Francisco, Pell fue designado por este para manejar la "caja" del Vaticano, cargo que mantuvo pese a las anteriores acusaciones de encubrir sacerdotes pedófilos. Por pedido del Papa, por ejemplo, Bell se reunió con Christine Lagarde, la número 1 del Fondo Monetario Internacional.
El Papa Francisco incorporó al Derecho Canónico un decreto que le permite destituir sin más trámite a los sacerdotes acusados de practicar o encubrir la pedofilia. Hasta el momento, el decreto no fue aplicado a Pell. La práctica tradicional de la Iglesia para con los sacerdotes acusados de pedofilia consiste, desde hace siglos, en trasladarlos a otras parroquias, con el mayor sigilo posible.