19 Octubre de 2015 20:17
¿Y si a Bin Laden no lo mataron como se informó oficialmente?. ¿Y si estaba todo preparado? ¿Cómo no se enteraron los pakistanies de la incursión estadonunidense en Abbotabad, una ciudad de y para militares donde se “escondía” Bin Laden?.
La casa donde se “ escondía” Bin Laden en Pakistán.
¿Y si “compraron” el dato a un general por 25 millones de dólares?. ¿Y si nunca fue arrojado al mar? Y si todo fue un bluff armado con asesoramiento de cineastas?.
Obama celebra. La muerte de Bin Laden fue crucial para su reelección.
Hace un par de meses, el veterano periodista de investigación Seymour Hersh publicó esas versiones y recibió, burlas, ironías, abucheos públicos e insultos. Los ataques más feroces vinieron de la prensa demócrata, ya que acusaba a Obama de mentir. Fue demolido.
Ahora, The New York Times lo rescata y en una nota explica que es posible que Hersh tuviera razón. Cita para ello a algunos de los periodistas más influyentes y respetados de EEUU. Entre ellos, el ganador de dos Pulitzer , decano de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia y ex subdirector del Washington Post, Steve Coll, quien creen correcta la versión de Hersh.
El artículo abre muchas dudas sobre la versión oficial del caso Laden
También presta su apoyo a Hersh Carlotta Gall, que fue corresponsal de The New York Times en Afganistán y Pakistán durante 12 años, y que fue la primera persona que destapó la tortura de EEUU en esos países, Gall afirma que Pakistán estaba manteniendo a Bin Laden en una especie de 'arresto domiciliario' mientras se preparaba el show.
Obama y su equipo mirando el operativo captura desde Washington.
El ex agente de la CIA Robert Baer, en el que se basa el personaje de George Clooney en la aclamada película Syriana, no entra en detalles, pero da a entender que la versión del Gobierno de Obama es falsa.
El artículo del NY Times pulveriza, además, la credibilidad del periodista de la revista Vanity Fair Mark Bowden autor del best-seller Black Hawk Derribado. En su libro The Finish, Bowden describe con todo lujo de detalles cuatro fotografías en las que se ve cómo el cadáver de Osama Bin Laden es arrojado al mar desde uno de los ascensores para aviones del portaviones nuclear Carl Vinson. La cuestión es que Bowden nunca vio esas fotos. Según Hersh, no existen.
Hollywood y la CIA trabajaron juntos
El artículo del NY Times va más lejos, e insiste en que el Gobierno de Obama convirtió el 'raid' de Abbotabad en una operación propagandística entre cuyos objetivos se encontraba defender la tortura. Y que Hollywood jugó un papel central en esa estrategia.
Cuando la senadora Dianne Fenstein, fue al cine a ver la Después de la Medianoche, sobre la muerte de Bin Laden, se levantó y su fue. "No podía soportarlo, porque es demasiado falsa", declaró. Lo que enervaba a Feinstein era la defensa de la tortura para obtener información que permitiera localizar a Bin Laden.
En realidad, la película ofrecía la versión de la historia de CIA. Así lo demuestran una serie de documentos obtenidos mediante la Ley de Libertad de Información por el NY Times. Demuestran que "la CIA colaboró con entusiasmo con los cineastas, estableciendo para el guionista y el director reuniones con numerosos analistas y altos cargos que fueron identificados como partícipes en la 'caza' de Bin Laden".