19 Abril de 2017 20:58
Tarde, como a las apuradas y casi con desprolijidad, La Casa Blanca manifestó hoy que realizará gestiones en el Vaticano para tratar de programar un encuentro en mayo entre el presidente Donald Trump y el Papa Francisco, quien como es público y notorio, expresa ideas opuestas a las del presidente estadounidense en temas como la inmigración o cambio climático.
Para Trump sería un espaldarazo que el papa lo recibiera. Pero se demoró.
"Vamos a contactar al Vaticano para ver si pueden acomodar una audiencia con el Papa durante la visita de Trump a Italia para participar en la cumbre del G7 prevista para fines de mayo", aseguró el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer. "Sería un honor para nosotros tener una audiencia con Su Santidad", añadió, citado por EFE.
Todavía no hay señales sobre la decisión de "la agenda" Vaticana
La premura llega días después de que Big Bang publicara que la Casa Blanca no había solicitado con tiempo una audiencia con el Papa para el viaje de Trump, como solían hacer sus predecesores cuando visitaban Italia, lo que podía verse como un desdén.
El cruce y los paños fríos
Lo cierto es que el posible encuentro marcaría el primer contacto oficial que se conoce entre Trump y el Papa, que en febrero de 2016 protagonizaron un duro cruce de declaraciones después de que Francisco dijera que "no es cristiano" construir muros, en alusión a la promesa del político de levantar una barrera en la frontera con México.
Sus ideas del mundo son casi contrapuestas.
El por entonces pre candidato republicano a la Presidencia que ya lideraba las encuestas, replicó ese día que era "vergonzoso" que "un líder religioso cuestione la fe de una persona".
Al día siguiente quiso bajar las tensiones al asegurar que el pontífice es "un tipo maravilloso", mientras que el Vaticano aseguró que el Papa no quiso hacer un "ataque personal ni una indicación del voto".
Trump visitará Italia para asistir a la cumbre del G7 el 26 y 27 de mayo, un encuentro que se realizará en la ciudad siciliana de Taormina y que reunirá a los jefes de Estado y de gobierno del Grupo de los Siete países más industrializados del mundo: Alemania, Italia, Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Japón y Canadá.
