10 Julio de 2015 13:08
Ante de partir a Paraguay, en la última etapa de su gira, el Papa Francisco visitó hoy la cárcel más peligrosa y superpoblada de Bolivia y convocó a los presos a no caer en la desesperación y mantener la esperanza, aunque reconoció los problemas que deben enfrentar.
"El que está ante ustedes es un hombre perdonado, un hombre que fue y es salvado de sus muchos pecados. Yo también tengo mis errores y debo hacer penitencia. No tengo más para darles y ofrecerles que Jesucristo", dijo Francisco en la cárcel de Palmasola, en la ciudad de Santa Cruz.
Las palabras del Papa fueron coronadas por aplausos por los más de 4.000 presos, sus hijos y familiares que se dieron cita en un pabellón abierto de esa cárcel, que tiene capacidad para 800 personas. También hay alojadas allí 280 presas mujeres.
El Papa les dijo que cuando los apóstoles Pedro y Pablo estuvieron presos, la oración les salvo de caer en la desesperación. "El sufrimiento y la privación pueden volver nuestro corazón egoísta y dar lugar a enfrentamientos, pero también tenemos la capacidad de convertirlo en ocasión de auténtica fraternidad. Ayúdense entre ustedes", les pidió.
Francisco saludó a todos los presos y besó a los niños. Muchas familias lloraron de emoción y algunos de los niños llevaban globos amarillos, mientras sus padres levantaron grandes letras, también amarillas, para formar el mensaje "Bienvenido papa Francisco a Palmasola".
Algunos presos pudieron hablar ante el Papa. Ana Lía Parada le pidió entre lágrimas que interceda por ellos para dar a conocer la violación de sus derechos, "la sordera de las autoridades y la justicia que se ensaña contra los más pobres" y pidió una amnistía para las presas enfermas y ancianas.
La visita del Papa fue seguida por una multitud.
El penal de Palmasola alberga a más de 4.000 presos entre hombres y mujeres cuando su capacidad es para 800. En 2013 ocurrió la peor masacre con 36 muertes, entre ellos un menos de dos años, hijo de un reo durante una reyerta entre presos. Según diversos estudios, más de un 80% de los presos en Bolivia no tienen sentencia.
"Acá nunca viene nada, ni el presidente, ni los ministros pero vino el Papa, es muy emocionante", comentó Nancy García, de 42 años y con su nieto en sus espaldas.
“En Palmasola, como en otras cárceles de Bolivia, el ingreso y salida de reclusos se obtiene con sobornos a los guardias, que permiten la convivencia dentro del penal de niños y mujeres con asesinos, narcotraficantes y violadores”, según el diario El Comercio.