El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, le advirtió al ex empleado de la CIA Edward Snowden que, si decidía refugiarse en América latina, podrían secuestrarlo y matarlo.
Assange, en sintonía con Snowden.
Snowden, responsable de la revelación de documentos secretos sobre vigilancia masiva de y entre superpotencias, terminó refugiado en Rusia, uno de los pocos lugares del mundo con nula o escasa influencia de la Central de Inteligencia estadounidense.
Las revelaciones de WikiLeaks enfurecieron a las potencias.
La información se difundió en esta nota del diario inglés The Guardian, que cita una entrevista con el estadoundiense The New York Times.
Assange también reconoció su miedo a ser asesinado si salía de la embajada ecuatoriana en Londres, a donde pidió asilo en 2012 para evitar su extradición.
WikiLeaks, la organización que se dedica a filtrar documentos clasificados de distintos países del mundo, estuvo muy implicada en la operación que ayudó a Snowden a evadir a las autoridades en 2013, cuando hizo públicos los documentos que publicaron el propio The Guardian y The Washington Post.
Las publicaciones con los documentos secretos.
Sarah Harrison, una de las colaboradoras más cercanas de Assange, viajó hasta Hong Kong para armar la logística del escape de Snowden a Rusia, a pesar de los resquemores iniciales del estadounidense.
Snowden: buscado y en peligro.
“Él prefería América latina, pero mi consejo fue que debería tomar asilo en Rusia a pesar de las consecuencias públicas negativas -recordó Assange-. Mi evaluación fue que correría un riesgo significativo de ser secuestrado en América latina por órdenes de la CIA. Secuestrado o posiblemente asesinado”.