A pesar de que el narcotráfico no se caracteriza por ser un negocio “en blanco”, los movimientos de uno de los principales narcotraficantes del mundo permiten especular sobre sus acaudalados botines.
Así estaba Guzmán este viernes.
Según la revista Forbes, Joaquín Guzmán Loera embolsó hasta 2012 cerca de U$S 1.000 millones anuales. Esto lo llevó a codearse con los millonarios del mundo en los rankings elaborados por la publicación internacional. Sin embargo, su reinado sólo fue de cuatro años, entre 2008 y ese año. Después de esa fecha, la revista perdió de vista los manejos de “El Chapo” en materia administrativa.
La revista
Forbes lo ubicó entre los más poderosos.
Para Forbes, el hombre que cayó este viernes era, en 2013, uno de los 100 más poderosos en el mundo, encontrándose en el puesto número 67. También apareció entre los 500 individuos más poderosos del planeta para la revista Foreign Policy, que elaboró el ranking en mayo de 2013.
El Chapo durante su captura anterior.
Por su parte, The New York Times indicó que Guzmán actualmente genera ingresos por más de U$S 3.000 millones anuales. Aunque también remarcó que su actividad enfrenta costos de operación crecientes, relacionados a la guerra de cárteles y el aumento de la persecución policial.
La red de empresas creadas por Guzmán para lavar el dinero proveniente del narcotráfico abarca 290 compañías, entre las que se encuentran aerolíneas, inmobiliarias, mineras, estaciones de bencina y boutiques. Todo manejado por 230 operadores, donde se cuentan líderes de seis carteles extranjeros y familiares. También alcanzan negocios como un parque acuático, restaurantes y hasta el autódromo de Culiacán Race Park.
El capo narco manejó casi 300 empresas.
Se calcula que la participación de mercado del Cártel de Sinaloa en Estados Unidos oscila entre 30 y 50 por ciento. El Departamento de Justicia lo calcula en una cifra que va de 18.000 millones a 39.000 millones de dólares anuales generados en el tráfico de drogas hacia ese país.