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Brasil define el futuro de Dilma con una sesión de 24 horas

El Senado comenzará a votar hoy y se espera que el debate termine recién en la madrugada del miércoles.

30 Agosto de 2016 06:15
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A esta altura, ya no caben dudas de que la sesión de hoy en el Senado de Brasil será más que maratónica. Al igual que tres meses atrás, cuando el Congreso de ese país decidió que la presidenta, Dilma Rousseff, sea suspendida del cargo y enviada a juicio político, el debate de hoy será caliente, intenso y, por sobre todas las cosas, extenso.

La sesión definitoria del juicio político a Rousseff durará no menos de 20 horas, según las primeras estimaciones. Comenzará pasadas las 10 de la mañana, cuando el presidente de la Corte de Justicia, Ricardo Lewandowski, anuncie el inicio a toda la Cámara alta.

Rousseff se defendió ayer en el Congreso. Su destitución depende sólo de tres votos todavía indefinidos.

En una primera instancia, tanto la parte acusatoria, como la defensa, tendrán hasta una hora y media para plantear sus posiciones respecto al proceso de impeachment que se inició casi tres meses atrás, por el cual Rousseff fue suspendida de la presidencia y en su lugar quedó el vicepresidente, Michel Temer, un ex aliado al Partido de los Trabajadores, que ni bien asumió hizo un giro de 180 grados en materia política y económica.

Ayer, Rousseff permaneció durante más de 14 horas en el Senado. En una primera instancia, pronunció un duro discurso de 30 minutos donde sostuvo su inocencia. La presidenta es acusada de cometer “delitos de responsabilidad fiscal”. Allí, señaló que resistirá, e instó a los senadores a votar en contra del impeachment.

Luego de las tres horas previstas para la exposición de cada una de las partes, el cronograma señala que tanto la acusación como la defensa pueden hacer uso del “derecho a réplica”, que tiene un máximo de duración de una hora. Con lo cual, recién luego de esas largas horas de cruces jurídicos y políticos, tomarán la palabra los senadores.

Cada legislador por la Cámara alta tiene hasta 10 minutos para expresarse respecto a la denuncia contra Rousseff. En total, Brasil tiene 81 senadores. Sin contar interrupciones, recesos, cruces u otros imprevistos que puedan surgir durante la sesión, esta etapa durará, como mínimo, unas 14 horas. Hay un corte previsto para almorzar, y, de acuerdo a cómo sea la marcha de la sesión, habría otro para la cena.

De todos modos, aún era una incógnita el número de senadores que harían uso de la palabra. Hasta ayer por la tarde, ya eran más de 60 los que se habían anotado. Aunque todos los momentos tendrán su grado de tensión, se esperan comentarios de todo tipo, ya sea a favor o en contra de Dilma.

El vicepresidente asumió como presidente luego de la suspensión de Rousseff meses atrás.

Uno de los senadores que mirará de cerca el proceso será Fernando Collor de Mello. Su presencia hoy en la Cámara será más que llamativa: fue presidente de Brasil entre 1990 y 1992, destituido en un proceso de juicio político idéntico al que atraviesa hoy Rousseff. En una entrevista con el diario ABC de España reconoció que es un "momento incómodo" el que atraviesa un gobernante en esa situación, pero advirtió que votará a favor de destituir a la presidenta. "No tiene ninguna posibilidad de ganar en el Senado", aseguró.

Luego de la exposición de los senadores, será momento nuevamente de los abogados, tanto de la defensa como de la parte acusatoria. Dispondrán de una hora y media cada uno para dirigirse al plenario. Una vez que finalice ese tramo, que se estima será durante la madrugada, comenzará el proceso de votación.

Fernando Collor de Mello, actual senador, ex presidente de Brasil, destituido en 1992.

Mediante el voto electrónico, los 81 senadores de Brasil definirán el futuro de Rousseff con un pronóstico que a esta altura parece casi inevitable: será destituida. Para que eso ocurra, se requiere de una mayoría especial de 54 senadores o más. Si no se alcanza esa cifra, el proceso será archivado y Dilma continuará en su cargo como presidenta.

El Palacio do Planalto, la sede de Gobierno de Brasil, en la ciudad de Brasilia.

De concretarse la destitución, Temer continuará en el cargo de Rousseff hasta las elecciones, previstas para 2018. En caso de retornar a su cargo, Dilma llamará a un referéndum para alcanzar un pacto constitucional. Se espera que si eso ocurre, dé marcha atrás con los cambios en el gabinete que impulsó Temer. Y, claro, regresará al Palacio do Planalto con sus pertenencias. Las mismas que el 11 de mayo retiró cuando ya era inminente el inicio del juicio político.