15 Mayo de 2016 11:47
Fue una noche intensa. La sesión duró más de veinte horas y recién pasadas las 6:30 el Senado votó iniciar el proceso de impeachment contra Dilma Rousseff. El proceso de juicio político será histórico, aunque no sea la primera vez que ocurre en Brasil. Veinticuatro años atrás, Fernando Collor de Mello fue destituido en un proceso similar, aunque renunció antes de conocerse la sentencia.
Hoy se mostró más holgado que en aquella oportunidad: sus presiones como senador no son las mismas que hace 24 años, cuando era mandatario y también debió enfrentar el proceso de destitución, envuelto en una causa por corrupción que lo llevó incluso al abismo de la renuncia apenas unos días antes de que la Cámara Alta definiera si era culpable o no. Esta madrugada, Collor de Mello respaldó el impeachment contra Dilma Rousseff.
Hoy el ex presidente votó a favor de iniciar el juicio político a Dilma Rousseff.
Llegó al poder en 1990, luego de competir en un segunda vuelta, tal vez como una de esas casualidades del destino, frente Luis Inácio Lula da Silva, ex presidente de Brasil y el principal hombre de confianza de Dilma por estas horas. Pero al poco tiempo las cosas se complicaron. Las denuncias por corrupción comenzaron a filtrarse a los pocos meses de iniciado su mandato.
Inversiones con capitales dudosos y filtraciones de oscuros datos sobre la campaña y el dinero del presidente, formaron parte de una causa donde el tesorero de la campaña de Collor de Melo, el empresario Paulo César Farias, fue clave para desenmascarar la corrupción. El proceso de impeachment comenzó apenas dos años después de ser electo, y hacia fines de 1992 el Senado ya había tomado una decisión.
Su peor momento. Hoy Dilma Rousseff fue destituida por seis meses del cargo de presidenta.
Sin embargo, acorralado por la definición del Senado, Collor de Mello decidió renunciar en un contexto donde las investigaciones arrojaban datos cada vez más comprometedores acerca del mandatario y su entorno. De ese modo, el 29 de diciembre dio un paso al costado. La presidencia, en ese entonces, también fue asumida por el vice, en su caso, Itamar Franco.
En ese entonces, se dio una de las marchas más importantes en la historia de Brasil. Más de 750 mil personas marcharon para exigir su salida del gobierno. Lejos del pedido que había hecho el presidente, que convocó a las calles a ser defendido por el pueblo, la marea de gente salió con las caras cubiertas de negro. De esos días, se recuerda una frase del ex presidente Da Silva: “No se puede negociar con un hombre que ha robado millones”.
Fernando Collor de Mello renunció a su cargo como presidente el 29 de diciembre de 1992.
Hoy, ese hombre aportó uno de los 55 votos con los que la oposición de Brasil comenzó a marcar el final de 13 años consecutivos de gobierno del Partido de los Trabajadores, primero con Lula y luego con Dilma. Collor de Mello es senador y hoy dio el “sí” para avanzar en el impeachment hacia Rousseff.
Eligió, por el momento, no hablar con la prensa. A pesar de que periodistas lo persiguieron por los pasillos del Senado horas antes de su discurso, no hizo más que sus declaraciones en el recinto. Y en su mensaje, solemne, anticipó que Dilma “caerá” porque desoyó sus consejos de todos estos años.