El desgarrador caso ocurrió en Brasil, en 2007, pero salta a la luz ahora, casi una década más tarde: una joven de 15 años, acusada de robar un celular en el estado de Pará (norte del país), fue enviada a una celda común junto a 30 presos más, y allí sufrió todo tipo de maltratos y abusos sexuales.
Según los reportes de la prensa que cubrió el caso, la menor fue violada incontables veces, y los detenidos apagaban cigarrillos en su cuerpo cuando la joven intentaba dormirse.
larisa de Andrade, la jueza que sometió a la menor al peor infirerno de su vida
Cuando se cumplían dos semanas en prisión de la menor apodada L.A.B (para proteger su identidad), fue llevada al tribunal de la jueza Clarice de Andrade, quien dispuso que la joven continuase en la misma celda en la que convivía junto a 20 hombres que abusaban sexualmente de ella.
Luego de la decisión de la magistrada, el 7 de noviembre de 2007, De Andrade recibió un documento en carácter de urgencia, el que solicitaba que la joven L.A.B fuera removida de la celda por “riesgo de sufrir cualquier tipo de violencia”. Sin embargo, la mujer no le dio importancia al petitorio y lo respondió pasados los 13 días.
La menor de edad recién pudo liberarse de ese calvario cuando un detenido confesó al tribunal lo que estaba sucediendo.
La jueza fue suspendida por dos años. Demasiado tarde.
El insólito castigo para la jueza
En su defensa, la jueza alegó que el recado que recibió por el Consejo Tutelar, el mismo que exigía con urgencia el traslado de la menor, lo había delegado a un subordinado del juzgado, cuya tarea era comunicar que L.A.B. sea sacada de esa celda.
Sin embargo, los argumentos de la jueza fueron totalmente desmentidos por los funcionarios, y comprobados como falsos en las pericias realizadas por las cámaras del lugar.
La sanción para la magistrada brasileña fue una suspensión en sus funciones por el lapso de dos años. Eso si: con goce de sueldo.