Preocupación en Italia. La ciudad de Venecia fue golpeada por la peor inundación de los últimos 53 años. El 80 por ciento se encuentra afectada por el agua y se registraron al menos dos muertes. Preocupan los daños en la Basílica de San Marcos. "Esto es un desastre, nos enfrentamos a una marea más que excepcional. Todos están movilizados para manejar la emergencia", reconoció el alcalde, Lugi Brugnaro.
La "acqua alta" (marea alta) superó en las últimas horas los 187 centímetros, sólo siete menos que los registrados en la inundación récord de 1966. "Enfrentamos mareas que marcan récords negativos. Solicitaremos el estado de calamidad. Le pedimos al Gobierno que nos ayude, los costos serán altos. Estos son los efectos del cambio climático"; advirtió el alcalde.
Esto es un desastre, nos enfrentamos a una marea más que excepcional"
De acuerdo a lo confirmado por las autoridades locales, se registraron dos muertes. Un anciano de 78 años falleció de un infarto cuando vio cómo el agua ingresaba en su casa, mientras que otro murió electrocutado intentando restablecer la luz.
El alcalde decretó el cierre de todas las escuelas y le reclamó al Gobierno italiano: "No podemos es estar siempre solos y ahora tenemos que hacer funcionar este Mose (obra de ingeniería que iba a inaugurarse el año que viene), cuyo fin es proteger a Venecia, ciudad construida sobre diversas islas de una laguna, siempre bajo la amenaza de las altas mareas. Es visitada por millones de turistas y una de las joyas de Italia". El primer ministro, Giuseppe Conte, tomó nota y confirmó que visitará la ciudad para evaluar los daños.
Estuvimos a un soplido del Apocalipsis, a un pelo del desastre"
Una de las principales preocupaciones del Gobierno son los daños en la Basílica de San Marcos, que cuenta sólo con seis antecedentes en los últimos 1200 años. El problema, aseguran especialistas, es que la mitad se produjo en los 20 años. Inundaciones aceleradas y potenciadas por el calentamiento global.
La cripta de la basílica, cuya construcción data del Siglo IX, se encuentra bajo dos metros de agua. "Estuvimos a un soplido del Apocalipsis, a un pelo del desastre. Lo peligroso es que el agua pudo haber dado problemas de estabilidad a las columnas que sostienen la basílica", detalló el procurador del templo, Pierpaolo Campostrini.
En tanto, el secretario general del ministerio de Bienes Culturales, Salvo Nastasi, reconoció que por el momento es "imposible" cuantificar los daños y establecer cuál fue la afectación total del patrimonio de la Basílica.