El escritor y periodista Martín Caparrós destrozó a la recientemente canonizada Madre Teresa de Calcuta. En una de sus habituales columnas publicada en la revista colombiana SoHo, Caparrós aporta abundantes elementos que, por lo menos, permiten poner en duda la supuesta integridad moral de la religiosa india. Dato sobre dato, analiza sus puntos oscuros, sus dudosas amistades, sus fuentes de recursos y sus campañas públicas. Las conclusiones que saca son difíciles de rebatir, si no imposibles.
Agnes Gonxha Bojaxhiu, o "Madre Teresa de Calcuta": desde el domingo, "Santa Teresa de Calcuta".
"La señorita Agnes Gonxha Bojaxhiu, también llamada Madre Teresa de Calcuta, consiguió en sus últimos veinticinco años una fama y un apoyo internacional extraordinarios. Le llovieron medallas, donaciones, premios, subvenciones, todo tipo de dinero para que ayudara a los pobres del mundo. La señorita Bojaxhiu nunca hizo públicas las cuentas de su orden pero se sabe, porque ella se jactó de eso muchas veces, que fundó, con ese dinero, alrededor de quinientos conventos en cien países. Pero no fundó una clínica en Calcuta", escribe Caparrós, quien considera que la religiosa fue, en vida, un verdadero paradigma de la invitación a los pobres a resignarse a un destino sombrío, so pretexto de una vida mejor en el paraíso. Como prueba de su hipótesis, Caparrós cita una frase atroz de la religiosa que no admite dobles interpretaciones: "Hay algo muy bello en ver a los pobres aceptar su suerte, sufrirla como la pasión de Jesucristo. El mundo gana con su sufrimiento".
Martín Caparrós llama a Teresa "amiga de tiranos, facilitadora de la muerte"
Pero además, Caparrós cita algunas amistades dudosas y algunas actitudes ídem de la ahora oficialmente "santa". "Por eso, quizás, la religiosa les pedía a los afectados por el famoso desastre ecológico de la fábrica Union Carbide, en el Bhopal indio, que "olvidaran y perdonaran" en vez de reclamar indemnizaciones. Por eso, quizás, la religiosa fue a Haití en 1981 para recibir la Legión de Honor de manos de Baby Doc Duvalier -que le donó bastante plata- y explicar que el tirano 'amaba a los pobres y era adorado por ellos'. Por eso, quizás, la religiosa fue a Tirana a poner una corona de flores en el monumento de Enver Hoxha, el líder estalinista del país más represivo y pobre de Europa (se refiere a Albania)".
'Baby Doc' Duvalier: tirano y asesino en Haití, amigo de Teresa.
"Pero quizá no fue por eso (continúa Caparrós) que salió a defender a Charles Keating. Keating era un buen amigo de los Reagan -que recibió a la religiosa más de una vez- y uno de los mayores estafadores de la historia financiera norteamericana: el fulano que se robó, por medio de una serie de maniobras bancarias, 252 millones de dólares de pequeños ahorristas. Keating le había donado a la religiosa 1.250.000 dólares y le solía prestar su avión privado. Cuando lo juzgaron, la religiosa mandó una carta pidiendo la clemencia del tribunal para 'un hombre que ha hecho mucho por los pobres'. Fue enternecedor. Pero cuando el fiscal le pidió que devolviera la plata que Keating le había dado -robada a los pequeños ahorristas-, la religiosa no se dignó contestar nada".
Enver Hoxha: dictador estalinista y asesino en Albania, amigo de Teresa.
Caparrós -que estuvo allí- denomina "moritorio" a lo que Teresa llamaba "clínica", en Calcuta (y, de acuerdo con las donaciones que la religiosa recibió y su prestigio internacional, debería serlo, aunque jamás lo fue) y lo describe sin piedad: "Los voluntarios recogen en la calle moribundos y los traen a los catres celestes, los limpian y los disponen para una muerte arregladita." Luego cita un testimonio que él mismo recogió de un voluntario:
"-No podemos curarlos. No somos médicos. Tenemos un médico que viene dos veces por semana, pero tampoco tenemos equipos ni ciertos remedios. Lo que hacemos es confortarlos, cuidarlos, darles afecto, ofrecerles que se mueran dignamente".
Charles Keating: megaestafador en Estados Unidos, amigo de Teresa.
En un discurso ante el Congreso de los Estados Unidos, cita Caparrós, Teresa se manifestó a la vez en contra de la anticoncepción y el aborto, y dijo: "Los pobres pueden no tener nada para comer, pueden no tener una casa donde vivir, pero igual pueden ser grandes personas cuando son espiritualmente ricos. Y el aborto, que sigue muchas veces a la contracepción, lleva a la gente a ser espiritualmente pobre, y esa es la peor pobreza, la más difícil de vencer". Con sentido común, Caparrós relaciona datos: "En su Calcuta, en la India, en muchos otros países, la superpoblación es causa principal del hambre y la miseria, y sus autoridades toman todo tipo de medidas para limitarla".
Demoledor, Caparrós sostiene: "Para eso, entre otras cosas, servía la religiosa. Por eso, entre otras cosas, su proceso de beatificación vaticana fue el más rápido de la historia de una institución que no suele apresurarse -que puede tardar, por ejemplo, cuatro siglos en pedir perdón por apretar a Galileo Galilei o asesinar a Giordano Bruno y tantos otros". Y concluye definiendo a la flamante santa: "la señorita también llamada madre, amiga de tiranos y estafadores, militante de lo más reaccionario, facilitadora de la muerte".