Los trabajadores de la revista satírica Charlie Hebdo fueron los primeros en sufrir en el corazón de Francia la impiedad del Estado Islámico de Siria e Irak (ISIS). La mañana del 7 de enero del 2015 dos terroristas mataron a doce personas en la redacción al grito de "Alá es el más grande".
Ayer otro atacante aplastó, arrastró y fusiló a 84 personas en Niza, mientras todos difrutaban de los fuegos artificiales por un nuevo aniversario de la Toma de la Bastilla. En el medio, el 13 de noviembre del año pasado, otro grupo asesinó a 130 personas en Le Bataclan y sus alrededores.
Por todo eso, Charlie Hebdo homenajeó a los caídos de Niza a través de su humor negro: "Cuando los locos de Dios se invitan a las fiestas seculares". Sin embargo, los periodistas dejaron rápidamente la ironía para advertir que los últimos atentados serán aprovechados por el Frente Nacional, de la ultraderechista Marine Le Pen, en las elecciones del 2017.
"¿Hacia el estado de emergencia absoluta?", se preguntó el editorialista Gerard Biard en la nota especial. "¡Ay de los tibios! Estamos en guerra".