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Colombia: la burocracia impide rescatar un millonario tesoro que está en el fondo del mar

El galeón San José, hundido en el siglo XVIII con un tesoro de oro, plata y esmeraldas, fue descubierto en 2015 y aún no se pudo extraer su cargamento.

25 Julio de 2018 12:33
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En diciembre del 2015, el gobierno de Colombia anunció un sensacional hallazgo: los restos del San José, un barco español enterrado bajo el agua de sus costas en el siglo XVIII. 

La batalla en la cual resultó hundido el San José, retratada por el pintor Samuel Scott.

El buque había sido atacado y hundido por la Armada británica en 1708 y se fue al fondo del mar con una tripulación de 550 hombres y un tesoro que había cargado en la ciudad panameña de Portobelo y debía llevar hasta Cartagena.

Según se calcula, las bodegas del San José de acuerdo a cálculos tentativos, guardan casi 200 toneladas de oro, plata y esmeraldas por un valor de alrededor de 10 millones de pesos de la época. Las especulaciones se basan en documentos del jefe de aduanas de Portobelo y el gobernador de Costa Rica, versiones de los marinos y datos aportados por un espía francés.

"La cuestión es saber cuánto es plata y cuánto es oro porque en el transcurso del viaje se cambiaban metales en los puertos y cuánto valen en este momento", señaló al respecto Ernesto Montenegro, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICAHN).

Considerando el incalculable valor del cargamento, las autoridades colombianas decidieron tomar la mayor cantidad de recaudos para que no caiga en manos de inescrupulosos.

Sin embargo, esto al mismo tiempo determinó que el rescate del barco ingrese en una maraña burocrática que ha impedido hasta hoy el rescate. 

Una operación complicada

Desde el 2015, un equipo formado por el Ministerio de Cultura de Colombia, la Dirección General Marítima, la Cancillería, la presidencia de Juan Manuel Santos y el ICAHN preparó un operativo para descender hacia los restos del San José ubicados a 600 metros de profundidad.

Vasijas y botellas en el sitio arqueológico submarino.

Como el país nunca firmó la Convención de la UNESCO sobre el Patrimonio Cultural Subacuático de 2001, está autorizado a lucrar con el hallazgo y también a llamar a licitación para sumar inversiones privadas a la búsqueda.

La primera dificultad es el hecho de que la inversión puede no determinar ningún beneficio: si se decide que todo lo extraído del fondo del mar es patrimonio histórico y cultural de Colombia, el contratista no se lleva ni un centavo. 

Y semanas atrás, la interposición de un recurso judicial frenó la posible adjudicación de un contrato. "Las iniciativas de los ciudadanos preocupados que han adelantado una acción popular dilataron este proceso. Estamos seguros de haber dado sólidos argumentos jurídicos sobre las pretensiones de esa demanda", señaló el presidente Santos.

El gobierno español, con el cual el colombiano estuvo en disputa por la titularidad del hallazgo, hasta ahora tampoco ha accedido a colaborar monetariamente con el rescate.

Los cañones del San José.

A esto, se suma el hecho de que Santos abandonará su cargo a principios de agosto para cederle el lugar al nuevo presidente electo, Iván Duque. Y mientras se siguen encadenando trabas, el impresionante tesoro del San José continúa durmiendo en el fondo del mar.