Se sabe que los debates televisivos tienen una larga tradición en los Estados Unidos y se sabe también que pocas veces definen la suerte de una elección. Pero ante una contienda tan reñida como la de este año, la mirada de todos los analistas internacionales está puesta en el primer enfrentamiento televisado entre Hillary Clinton y Donald Trump.
“La expectación es extraordinaria. Se esperan más de cien millones de telespectadores, una audiencia equiparable a la final de la Superbowl o a los últimos episodios de series como MASH en 1983 (106 millones). A esto hay que añadir los espectadores en el resto del planeta. Porque el debate Trump-Clinton es un acontecimiento planetario”, ilustra el diario español El País
Las últimas encuestas de opinión le dan un pequeña ventaja a la candidata del Partido Demócrata, pero como la distancia entre los dos se reduce día tras día los diseñadores de la campaña de Hillary están todo el tiempo al borde de un ataque de nervios y los tres debates televisados se convierten en tres escalas claves en el camino hacia la Casa Blanca.
El millonario y xenófobo Trump llega a los debates televisados con la ventaja de ser un conocedor del medio: fue el conductor durante varias temporadas de un exitoso reality show, El Aprendiz, en que varios participantes concursan para conducir un proyecto en alguna de las compañías del empresario.
La esposa de Barack Obama, el presidente saliente, atacó ese flanco del candidato republicano. Michelle Obama dijo días atrás durante un acto en Virginia, que "ser presidente no es nada parecido a un reality show" y añadió: "No se trata de enviar tuits insultantes o dar discursos incendiarios, se trata de si el candidato es o no quien puede manejar la enorme responsabilidad de dirigir este país".
Y continuó: "Si un candidato es errático y amenazante; si un candidato trafica en el camino con los prejuicios y los miedos; si un candidato no tiene planes claros para poner en práctica sus objetivos; si ellos faltan al respeto a sus conciudadanos, incluyendo a gente que hizo extraordinarios sacrificios por nuestro país; déjenme decirles, que ellos son así y es la clase de presidente que serán, créanme".
Es que justamente, Trump convirtió a la campaña presidencial en su propio reality, el más importante de su vida, para llegar a dirigir la potencia más grande del planeta. Lo hizo mediante declaraciones que buscaron provocar la reacción y que le dieron prensa. Lo mismo que hace cualquier protagonista de un reality que busca sobresalir.
“La historia nos indica que, para un candidato que se encuentra a cuatro puntos, sería difícil aprovechar una excelente actuación en un debate para ganar en noviembre. Es lo que Trump necesita. Pero una ventaja de cuatro puntos significa que incluso un cambio de dos puntos en cualquier dirección es significativo. Es lo que marca la diferencia entre una noche electoral bastante cómoda para Clinton y algo mucho más incierto”, opinó el analista político John Sides.
El debate de de hoy fue programado para coincidir con el 56 aniversario del primer debate presidencial televisivo que se realizó en Estados Unidos: el mano a mano entre un joven, bronceado y relajado John F. Kennedy y un sudoroso y nervioso Richard Nixon. Está organizado en seis segmentos de 15 minutos cada uno y los tres temas que dispararán la discusión serán "La dirección de Estados Unidos", "Alcanzar la prosperidad" y "Garantizar la seguridad de Estados Unidos".
El debate de esta noche se realizará en la Universidad de Hofstra, a las 22 de la Argentina, y será transmitido por la cadena NBC. Durará 90 minutos y no tendrá tandas publicitarias. El domingo 9 de octubre se realizará el segundo, que transmitirán las cadenas CNN y ABC en la Universidad Washington de St Louis, Missouri. El tercero se verá por Fox News diez días después, en la Universidad de Nevada, en Las Vegas.
En la Argentina
Según el reciente estudio Medición de Septiembre del Tracking de Humor Social y Político, que hacen D'Alessio IROL y Berensztein, a nivel local hay un "masivo apoyo de la población argentina a Hillary Clinton"
Preferencias locales.
Entre las razones por las que los argentinos desean que Clinton gane las elecciones se destacan: “porque es demócrata”, “porque es progresista”, “está inclinada a nuestra región”.
Sin embargo predomina las posiciones adversas a Trump: “es el mal menor”, “Trump es peligroso”, “Trump es un problema para el mundo entero”, “Trump es un machista xenófobo”, “es todo lo malo del espíritu yankee”. Se trata de una muestra onlina a 350 personas mayores de edad de todo el país.
Cuando se pregunta las razones para votar al candidato republicano las respuestas son: “para que termine con los problemas de inmigración, “para salir del establishment”, “es sincero”, “es un cambio”, “mano dura”, “piensa primero en los americanos y después en los extranjeros”.