"Según las primeras estimaciones podremos proporcionar a partir de este año varios centenares de miles de dosis de la vacuna cada mes y luego varios millones desde principios del año que viene", aseguró el ministro ruso de Comercio, Denis Maturov, a la agencia estatal TASS sobre el desarrollo de la vacuna del coronavirus.
De acuerdo al funcionario, a partir de septiembre tres empresas biomédicas rusas comenzarán a producir a escala industrial una vacuna elaborada por el laboratorio de investigación en epidemiología y microbiología Nikolái Gamaleia en sociedad con el Ministerio de Defensa.
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En los primeros ensayos, publicados en julio, provocó una respuesta inmune. Esta inusual rapidez en el testeo ha provocado dudas internacionales acerca de si Rusia se salteó fases de desarrollo esenciales para probar la seguridad del producto efectuando pruebas incompletas en humanos.Los detalles de producción de la vacuna, además, no fueron publicados lo que impide certificar su eficacia.
Paralelamente, el centro estatal de investigación Vektor, en Siberia, trabaja en otra vacuna para el coronavirus, cuyas primeras dosis podrían estar listas en octubre.
Los científicos rusos se defendieron de las acusaciones de testeos incompletos asegurando que el rápido desarrollo de la vacuna tiene que ver con el hecho de que es una versión modificada de una ya creada para prevenir otras enfermedades como ébola y MERS.
Dudas y presión
Lo cierto es que los datos de la primera fase del ensayo de la vacuna desarrollada por el laboratorio Gamaleia nunca se hicieron públicos. La última fase, que prueba la efectividad real de la vacuna en un universo de pacientes más amplio, usualmente tarda entre seis meses y un año.
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"Espero que los chinos y los rusos realmente estén probando la vacuna antes de administrársela a alguien. Las afirmaciones de que tienen una vacuna lista para distribuir antes de hacer las pruebas son, cuanto menos, problemáticas", indicó al respecto el inmunólogo Anthony Fauci, principal referente en enfermedades infecciosas en Estados Unidos.
La presión sobre Rusia para desarrollar una vacuna es ciertamente alta: luego de Estados Unidos, Brasil e India, es el cuarto país en el mundo más afectado por la pandemia y la popularidad de Vladimir Putin se ha deteriorado seriamente.