El drama y la desolación aún inundan París y a casi 48 horas de producirse los atentados en la capital francesa comienzan a conocerse estremecedores relatos de sobrevivientes y testigos. Voces que relatan en primera persona y los minutos más aterradores de un viernes 13 negro en la historia moderna.
El bar francés acribillado. La historia de quienes estuvieron allí.
Un héroe
El departamento de Jean Luc está justo encima del café Bonne Biere de París. Cuando comenzaron los disparos, dejo de ver televisión y se acercó a la ventana sin saber que en tan sólo minutos bajaría a ayudar a las víctimas de un ataque estremecedor.
“Durante cuatro minutos no dejaron de disparar. Era una masacre. Cuando alcanzaban a alguno, lo remataban en la acera con varios tiros más”, cuenta el hombre que vio desde la ventana la muerte de 18 personas en manos de los terroristas.
Crudas imágenes de los cuerpos en la calle.
Las balas rebotaban contra la pared. Era una lluvia de disparos. “Los cadáveres empezaron a amontonarse en la calle del bar”, relata Luc, quien minutos después bajó corriendo y con su camisa comenzó a realizar algunos torniquetes para ayudar a las víctimas. “Hice lo que pude, yo me dedico a la seguridad y tengo algunos conocimientos”, se excusa.
Un balazo ingresó por la venta del bar. La imagen que describe el suceso.
Refugio
Berta y Lena, de 18 años, viven en la esquina del bar y oyeron las ráfagas de disparos. Fue allí cuando observaron que la gente, de forma desesperada, intentó refugiarse en los edificios aledaños a la confitería. “La gente empezó a correr hacia los edificios y suplicaba para que la dejen entrar”, contaron las jóvenes que creen haber escuchado disparos “por alrededor de 30 minutos”.
La Policía arribó al lugar. Los destrozos de un escenario atacado a balazos.
“Pensé que mi hermana estaba muerta”
En el bar Carrillon, Alejandra Mallol, una auxiliar de vuelo española estaba tomando una cerveza con su hermana. Se habían sentado tan sólo 10 minutos antes de que llegara el olor a pólvora y la ráfaga de disparos invadiera el lugar.
Cientos de víctimas debieron ser atendidas tras el atentado.
“Conseguí pasar al otro lado de la barra para protegerme”, relata Mallol, quien inmediatamente se dio cuenta que había perdido de vista a su hermana, tumbada en el suelo entre la multitud. La identificó, y vio que un charco de sangre la rodeada. “Por un momento pensé que estaba muerta”, relató entre lágrimas al diario El País de España.
Sus palabras describen las horas de terror que invadieron a la capital francesa durante la jornada del viernes. Fueros testigos, por acción u omisión de un cruel ataque terrorista, que marcará sus vidas para siempre. Como sus historias, cientos más se darán a conocer en las próximas horas. Aquellas de héroes, sobrevivientes y damnificados de un acto que marcará un antes y un después en la historia parisina.