16 Marzo de 2016 14:41
Ante unos 25.000 fieles reunidos en la Plaza San Pedro, el Papa Francisco denunció que los inmigrantes se encuentran a menudo con "las puertas y los corazones cerrados". Además se preguntó "cuántos hermanos viven actualmente una situación de exilio lejos de su patria" y lamentó que "caiga tanto sufrimiento sobre mujeres, hombres y niños inocentes".
Francisco defiende a los inmigrantes y ataca a Donald Trump.
Su mensaje adquiere una relevancia especial al día siguiente del triunfo de Donald Trump en el "Supermartes", que lo deja a las puertas de la nominación presidencial por el partido Republicano. Por sus reiteradas declaraciones contra los inmigrantes -sean estos árabes o mexicanos- y sus llamados a cerrar la frontera, Francisco había cuestionado públicamente a Trump.
"Una persona que piensa sólo en construir muros y no construir puentes, no es cristiano. Esto no está en el Evangelio", había dicho Francisco sobre Trump el mes pasado, y, luego agregó, para no dejar dudas: " Yo sólo digo que este hombre no es cristiano si él ha dicho cosas como esas. Nosotros debemos ver si él dijo esas cosas de esa manera y en esto yo doy el beneficio de la duda".
Pese a las críticas y a las acusaciones de "racista" y "xenófobo", Trump avanza.
El precandidato republicano le respondió, entonces, con una ironía: dijo que el día que el Vaticano sea atacado por el Isis, el Papa rezará para que Donald Trump sea presidente. Las críticas del Papa no parecen haber afectado su camino a la nominación republicana, donde Trump sigue arrasando con su rival, Marco Rubio.
Esta vez, sin aludir de manera directa a Trump, Francisco volvió a aludir al drama de los inmigrantes."¿Cómo es posible que tanto sufrimiento caiga sobre mujeres, hombres y niños inocentes que cuando tratan de entrar en otra parte les cierran la puerta? ¿Dónde está Dios? Están ahí, en las fronteras, porque tantas puertas y tantos corazones están cerrados. Inmigrantes de hoy que sufren, que sufren al aire, sin comida, y no pueden entrar. No sienten la acogida. Por eso me gusta tanto sentir cuando las naciones y gobernantes abren el corazón y las puertas", dijo el Papa.
¿Fue un tiro por elevación? Sólo él lo sabe. "¿Y cuántos de nuestros hermanos están viviendo en este momento la situación real y dramática del exilio, lejos de su tierra natal, con los ojos todavía en los escombros de sus casas, con miedo en el corazón y a menudo, por desgracia, el dolor por la pérdida de seres queridos?. En estos casos se puede preguntar, ¿dónde está Dios?", finalizó el Papa.