03 Septiembre de 2015 15:34
La foto del pequeño Aylan Kurdi muerto en la orilla de una playa de Bodrum, en Turquía, dio la vuelta al mundo, fue tapa de todos los diarios y sacudió conciencias en todo el mundo.
La imagen de Aylan es la más dramática para ilustrar la crisis de la inmigración que sacude a Europa, donde cientos de personas intentan ingresar todos los días en busca de mejores posibilidades de vida.
Son inmigrantes que huyen de países en los que impera la violencia y la pobreza como Siria y Afganistán. En lo que va del año 322.914 inmigrantes y refugiados llegaron a Europa, luego de atravesar el mar Mediterráneo, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones.
Inmigrantes llegan a la costa después de un naufragio.
El 43% de las personas que llegaron a Europa como inmigrantes provienen de Siria; el salen de 12% de Afaganistán y atraviesan Grecia para ir a otro países europeos.
El 10% llega de Eritrea, un país situado en el Noroeste de Africa, uno de los más pobres del mundo, gobernador por el dictador Isaías Afeworki, quien desde hace años suspendió los derechos y garantías de los ciudadanos.
Los otros países africanos de los que escapan sus habitantes son Nigeria y Somalia. En los últimos tres casos el destino elegido es Italia.
Miles de personas esperan para tomar un tren en Hungría.
Además de quienes se van de sus países por cuestiones políticas o de violencia, también están quienes buscan llegar a Europa para tener mejores perspectivas laborales.
Francois Crepeau, relator especial de Naciones Unidas sobre derechos de migrantes, sostuvo que los miembros de la UE deben enfocarse en lograr que los migrantes y quienes solicitan asilo puedan movilizarse, tener empleo e integrarse.
Crepeau dijo que las autoridades de la Unión Europea deben hacer más para combatir a los traficantes de personas y crear un programa masivo de reasentamiento para refugiados que huyen de la violencia en países como Eritrea y Siria.
Días atrás, la secretaria británica de Interior, Theresa May, insistió en la importancia de distinguir entre los refugiados que huyen de la guerra y la represión y los que buscan mejores perspectivas económicas, al tiempo que destacó la naturaleza global de la crisis actual.
"Este no es un problema que empieza aquí en Calais. Es un problema que empieza en otras partes del mundo con migrantes que intentan llegar con bandas organizadas", agregó.
"El problema (migratorio) no es un problema europeo, el problema es un problema alemán, a nadie le gustaría quedarse en Hungría", dijo hoy el primer ministro de Hungría, Viktor Orban. "A todos ellos les gustaría ir a Alemania", agregó.
"Los húngaros tenemos miedo. La gente en Europa tiene miedo, porque vemos que los líderes europeos, entre ellos los primeros ministros, no son capaces de controlar la situación", dijo Orban.
La mayoría de los inmigrantes atraviesan el Mar Mediterráneo en embaraciones precarias, desembarca en Grecia y sigue luego su viaje hacia Hungría con el objetivo final de terminar en Alemania.