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De la corona de espinas de Cristo a la túnica de San Luis: qué pasó con los tesoros de Notre Dame

Los dos más importantes se encuentran fuera de peligro.

16 Abril de 2019 10:11
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La catedral de Notre Dame albergaba varios de los tesoros más importantes de la religión católica, entre los que se destaca la corona de espinas que llevó Jesús durante su crucifixión y la túnica de San Luis, que perteneció a Luis IX, el último monarca francés que intentó recuperar la ciudad de Jerusalén.

Otros relicarios de gran valor, como el fragmento de la Cruz del Calvario y uno de los clavos que sirvieron para fijar a Cristo, también escaparon a las llamas. El tesoro fue trasladado al Ayuntamiento de París, situado cerca de Notre Dame, y tendría que ser transportado al Museo del Louvre.

Algunas estatuas milenarias, como la que representa a los 12 apóstoles, 4 evangelistas y sus temidas gárgolas, están a salvo porque fueron bajadas de la estructura de la catedral la semana pasada como parte del proceso de restauración. Según la agencia AP, muchas de ellas fueron llevadas también para ser reparadas con especialistas al suroeste de Francia.

También el principal órgano -había tres- se ha salvado aunque habrá que restaurarlo. El gran órgano, con sus cincos teclados, sus 109 juegos (conjunto de tubos) y sus casi 8.000 tubos, es el más sobresaliente. Construido a partir del siglo XV, el órgano se fue reforzando progresivamente, hasta alcanzar su tamaño actual el siglo XVIII. Sobrevivió a la Revolución Francesa sin daños «gracias seguramente a la interpretación de músicas patrióticas», según el sitio de la catedral.

Pero hubo algunos tesoros que sufrieron daños y se espera poder determinar el grado de restauración que necesitarán. Uno de ellos es el monumento a la Piedad, de Nicolás Coustou. El rector-arcipreste de Notre Dame, Patrick Chauvet, puso el acento en que «hay una gran inquietud» por el impacto que haya podido causar, sobre todo en las vigas de madera, el agua utilizada para la extinción del fuego.