Se trata de un día de mucha emoción para Reino Unido, sobre todo para su monarquía. Este lunes se desarrolló el funeral de Elizabeth Alexandra Mary, la difunta reina Isabel II. Su féretro -que viajó más de 500 kilómetros recibiendo el respeto de de cerca de 100 jefes de Estado de todo el mundo y miles de personas durante esta última semana- fue trasladado en procesión desde Westminster Hall a la Abadía de Westminster para celebrar un funeral de Estado.
El mismo inició a las 11 (las 7 de nuestro país) en la Abadía, cuya capacidad era para unas 2200 personas, a diez días del fallecimiento de la difunta monarca. Por esta razón, las autoridades de Reino Unido optaron por cerrar este mismo lunes la capilla ardiente de Isabel II en el Palacio de Westminster, en Londres, después de permanecer abierta al público durante cuatro días consecutivo de forma ininterrumpida.
El funeral finalizó con una ceremonia familiar y privada en la Capilla San Jorge en Windsor, la residencia real favorita de la madre del rey Carlos III. Allí, la reina será inhumada a las 19.30 (las 15.30 en la Argentina): sus restos descansarán en una capilla familiar junto a su padre, el rey Jorge VI, su marido, el príncipe Felipe, su hermana, la princesa Margarita, y su madre, también llamada Isabel.
Las invitaciones se enviaron el fin de semana y asistieron cerca de 500 jefes de Estado y dignatarios extranjeros. Además, se le pidió a la mayoría de los líderes que lleguen en vuelos comerciales y se les explicó que iban a ser trasladados en autobús desde un lugar del oeste de Londres. El féretro estuvo acompañado en todo momento por el rey Carlos III y miembros de la familia real, como sus hermanos, Ana, Eduardo y Andrés, junto a sus cónyuges, y los nietos de la reina.
Además, el ataúd fue transportado en el carruaje remolcado por 142 marineros de la Royal Navy, una tradición que se remonta al funeral de la reina Victoria en 1901. Finalizado el funeral, el féretro fue devuelto al carro de artillería y desfiló por la capital británica, pasando por las puertas del Palacio de St. James y del Palacio de Buckingham, hasta el arco de Wellington, en Hyde Park Corner.
Allí fue cargado en un coche fúnebre para su viaje a Windsor. La tarjeta sobre el ataúd de la reina Isabel fue escrita a mano por Carlos y dice: “En memoria cariñosa y devota. Carlos R”. La mirada triste de los Corgis en el castillo de Windsor; la polémica acusación contra los duques de Sussex, Harry y Meghan, que se negaron a cantar "Dios salve al rey" y el llanto de la propia ex actriz estadounidense fueron algunas de las perlitas que BigBang te trae a continuación.
Los corgis de Isabel II la siguen esperando en el castillo
Tras la muerte de Isabel II el pasado jueves en el castillo escocés de Balmoral, son muchos los interrogantes respecto a cómo se repartirá la herencia de la monarca. Sin embargo, la que más preocupa a los seguidores de la monarquía es sin lugar a dudas la que refiere a los famosos perros corgis. ¿Quién se los quedará? Un portavoz del príncipe Andrés confirmó que los duques de York, es decir, el propio príncipe Andrés y su ex esposa, Sarah Ferguson, se harán cargo de los dos perros corgis de la reina Isabel II. De esta forma, Andrés, tercero de los cuatro hijos que tuvo Isabel II, y Sarah Ferguson, asumirán así el cuidado de Muick y Sandy.
El primero se lo regaló el propio Andrés a su madre a principios de 2021, y Sandy fue el regalo por su 95 cumpleaños de Andrés y las princesas Beatriz y Eugenia. A lo largo de su reinado más de 30 perros tipo corgi galés y este lunes, en pleno funeral, se los vio a Muick y Sandy esperando la llegada de Su Majestad al Castillo de Windsor. Incluso, fueron paseados ante la presencia del príncipe Andrés antes del Servicio de Entierro de la reina Isabel II de Gran Bretaña. La mayoría de los corgis de la reina eran descendientes de Susan, su primer corgi, que recibió como regalo por su decimoctavo cumpleaños, en 1944.
Las princesas Beatrice y Eugenie más perdidas que Wilson en el Náufrago
El pasado 8 de septiembre, Reino Unido y el resto del mundo enmudeció al conocerse la triste noticia del fallecimiento de la Reina Isabel II, a sus 96 años de edad. Entre las cientos de cartas de despedidas que recibió la difunta monarca, una de las más emotivas fue la escrita por Eugenia y Beatriz de York antes de que se celebrara el funeral este lunes. "No somos capaces de encontrar las palabras desde que nos dejaste. Ha habido lágrimas y risas, silencios y charlas, abrazos y soledad, y una pérdida colectiva por ti, nuestra querida Reina y nuestra querida abuelita", manifestaron las princesas en aquella misiva.
En las últimas horas ambas volvieron a ser noticia por un curioso episodio que protagonizaron durante el velorio de su abuela: se levantaron y se fueron antes de que concluyera a la misa, y decenas de internautas se mostraron confundidos y un tanto curiosos por este motivo. "¿Alguien sabe por qué Eugenie y Beatrice se fueron a mitad de la ceremonia? Sarah Ferguson casi se fue con ellas, pero parece que le dijeron que no lo hiciera", preguntó un usuario, mientras que otro agregó: "¿Alguna idea de por qué la princesa Eugenia y la princesa Beatriz se fueron del funeral antes del ataúd?.
Lo cierto es que a las princesas se las vio muy conmovidas y se fueron antes de que sacaran el ataúd de la reina de la Abadía. Incluso, su madre, Sarah Ferguson, quiso acompañarlas, pero volvió a sentarse. Y las personas que vieron el funeral por televisión, que se transmitió en todo el mundo, quedaron desconcertadas por su aparente salida anticipada del servicio. A pesar de esto, tanto Eugenie como Beatrice acompañaron al resto de la realeza cuando el ataúd salió de la Abadía.
Harry y Meghan, acusados de no cantar "Dios salve al rey"
Son mundialmente conocidos los conflictos que mantiene la monarquía con los duques de Sussex, Harry y Meghan. De hecho, el último gran dolor de cabeza de la reina Isabel II fue sin duda la renuncia del príncipe Harry y su mujer, Meghan Markle; sumada al escándalo que se desató hacia el interior de la Familia Real. Y es que, pese a que la monarca accedió a algunos de los pedidos de su "nieto preferido", lo cierto es que la relación entre Harry y su hermano no tiene vuelta atrás.
Los duques de Sussex participaron de la procesión del féretro que tuvo lugar en la Abadía de Westminster y tras finalizar el responso en honor a la reina, la banda y los niños cantores entonaron el himno nacional del Reino Unido, "God Save the King", antes de que el ataúd fuera trasladado a Windsor. Fue entonces que nació la polémica luego de que las cámaras captaran que ni el príncipe Harry ni Meghan estaban cantando el himno, que ahora es en honor al rey Carlos III. De todas formas, los duques se sentaron atrás del rey Carlos III y la reina consorte Camila, lo que para varios analistas del país británico significó un signo de "respaldo" al nuevo monarca, pese a la distancia que existe entre ambos.
Los hermanos sean unidos, esa es la ley primera...
Durante la ceremonia se vio un llamativo momento entre los hijos de del Príncipe y la Princesa de Gales, William -o Guillermo- y Kate Middleton, el el príncipe George (Jorge para los amigos) y su hermana Charlotte (Carlota), de nueve y siete años. La Reina Isabel II mantenía una estrecha relación con ellos. La llamaban “Gan Ga” y la monarca hizo un guiño cómplice a sus nacimientos en sus discursos navideños de 2013 y 2015: "Para estos padres recién estrenados, la vida nunca volverá a ser igual. Una de las alegrías de vivir muchos años es ver cómo decoran el árbol de Navidad los hijos, luego los nietos y después los bisnietos. Este año mi familia da la bienvenida a un nuevo miembro, que se unirá a la diversión".
Dada la corta edad de los infantes, los expertos de la realeza no se ponían de acuerdo sobre si el Príncipe y la Princesa, de nueve y siete años respectivamente, debían o no estar presentes en el funeral. Sin embargo y dado que George ahora es el segundo en la línea de sucesión al trono, optaron por llevarlos a la ceremonia. La Princesa de Gales había revelado que George es el único de sus hijos que comprende la muerte de su bisabuela y que está empezando a darse cuenta de su importancia para la sociedad británica. Lo cierto es que este lunes se vio a la princesa Charlotte recordándole a su hermano George el protocolo real después del funeral de la reina.
Los nenes fueron a presentar sus respetos a la difunta monarca y cuando el ataúd fue trasladado al coche fúnebre estatal en Wellington Arch antes de comenzar su viaje a Windsor para una ceremonia de compromiso, se pudo ver a Charlotte susurrándole a su hermano mayor lo que debía hacer. "Tienes que inclinarte", le dijo cuando el ataúd de la Reina pasó junto a ellos.
Las lágrimas de Meghan en el funeral
La reina Camilla estuvo acompañada a la salida del funeral por la condesa de Wessex, la princesa de Gales y sus hijos, y por Meghan Markle, algo separadas del grupo real, quien además apostó por un tocado sin velo. Pero una de las fotos más buscadas fue la de Kate Middleton y Meghan juntas en el funeral de la reina Isabel II. Las cuñadas, junto a los hijos de los príncipes de Gales, compartieron el espacio, pero ni siquiera se dirigieron la mirada.
Durante la ceremonia, la ex actriz derramó algunas lágrimas cuando millones de personas en todo el mundo veían el histórico funeral de estado de la difunta monarca debido al cariño que siembre le mostró Isabel II a su "nieto favorito". De hecho, Harry y Meghan siempre mostraron una especial debilidad por la reina y ese cariño quedó evidenciado con la emoción de los duques de Sussex en plena ceremonia.
La princesa Charlotte y el simbólico homenaje a su bisabuela
Además de mantener a raya a su hermano, Charlotte le rindió un especial tributo a su difunta bisabuela: usó el pequeño broche de diamantes que le había regalado la difunta monarca. La joven princesa fue vista vistiendo un abrigo de luto azul marino con un sombrero formal por primera vez, al igual que el de su madre, y se puso su primera pieza de joyería simbólica.
La nena de siete años caminó detrás del ataúd de Isabel II con su hermano, el príncipe George, durante la procesión fúnebre. Algunos miembros de la realeza señalaron que el alfiler en forma de herradura es un homenaje adecuado a la querida bisabuela de Charlotte, pero resulta que la reina en realidad le regaló a la joven princesa ese broche, lo que agrega aún más significado a la joyería simbólica.