A menos de tres semanas de la llegada del papa Francisco a Egipto, dos atentados contra iglesias cristianas causaron al menos 46 muertos y cientos de heridos, en dos acciones reivindicadas posteriormente por el Estado Islámico.
Los daños tras el ataque.
El primer ataque se perpetró dentro de una iglesia cristiana copta en la ciudad egipcia de Tanta, a 120 kilómetros al norte de El Cairo, donde el saldo parcial de víctimas ascendía a 25 personas muertas y más de un centenar de heridos. La antiquísima comunidad cristiana representa un 10% de la población de Egipto.
Un video muestra el momento exacto en el que la bomba estalla. En las imágenes se ve cómo la tranquilidad se interrumpe en forma espeluznante. La detonación se traduce en un fogonazo naranja que luego se convierte en una nube densa de humo negro.
La explosión sorprendió a los fieles dentro del templo de Mar Guergues que participaban de las celebraciones del Domingo de Ramos, que marca el comienzo de la Semana Santa.
Hay más de 46 muertos.
El portavoz del ministerio de Sanidad, Jaled Mugahed, declaró a la televisión estatal egipcia que los hospitales de Tanta han recibido hasta el momento 21 cadáveres y 59 heridos mientras que el primer ministro egipcio, Sherif Ismael, condenó lo ocurrido y mostró la determinación del gobierno de acabar con el extremismo en el país.
“Se trata de un acto terrorista impío, pero erradicaremos el terrorismo de Egipto y tenemos la determinación para acabar con los grupos terroristas”, dijo el primer ministro. Poco después, otro atentado contra la catedral de San Marcos en la ciudad costera de Alejandría causó la muerte a otras 11 personas y heridas a 33.
Así quedó la iglesia tras el ataque.
El ISIS se atribuye los dos atentados con decenas de muertos contra iglesias coptas en Egipto. Y fue el responsable también de la explosión que causó 25 muertos, en diciembre del año pasado.