13 Marzo de 2016 10:32
Una multitudinaria marcha opositora a la mandataria Dilma Rousseff tiene lugar en 438 ciudades de Brasil, en medio de un importante malestar social generalizado por las causas de corrupción que salpican de cerca al Gobierno y al ex presidente Lula Da Silva.
"Fuera Dilma", reza el cartel en medio de la protesta.
Una marea opositora copó las calles de las principales ciudades del país, entre las que se destacan una fuerte concentración en San Pablo, Brasilia, Rio de Janeiro y Belo Horizonte. La movilización se produce un año después de que más de 1.700.000 personas se concentraran en todo el país para exigir la salida de Rousseff del gobierno.
Más de 50 mil personas caminan por las calles de Brasilia.
Desde su asunción, una grave crisis institucional y económica azotó a la jefa de Estado. El golpe más duro que recibió Rousseff en sus meses de gestión se produjo en diciembre, cuando el presidente de la Cámara de Diputados dio lugar a un pedido de impeachment (proceso de destitución) en su contra por irregularidades en las cuentas públicas.
El contexto político se agrava si se tiene en cuenta que la recesión financiera que rodea al país se encamina a ser la peor en un siglo.
Los manifestantes exigen la salida de Rousseff del Gobierno.
En la última semana, la Fiscalía de San Pablo solicitó la prisión preventiva del símbolo y fundador del gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, tras denunciarle por ocultación de patrimonio, una modalidad común para el lavado de dinero.
La Justicia tiene en la mira un departamento que el ex presidente niega sea de su propiedad y que lo vincularía con una constructora implicada en un multimillonario fraude a Petrobras, causa en la declaró días atrás.
Se espera que casi 2 millones de personas copen las calles de Brasil.
La investigación y las acusaciones que rezan sobre su socio político generaron un fuerte rechazo social en Brasil que hoy se manifiesta en las calles. Y el contexto en las calles es complejo: las fuerzas policiales diagramaron fuertes operativos de seguridad para evitar el choque de opositores y oficiales.