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El caso Li Wenliang, el médico chino que anticipó la pandemia y fue uno de los primeros muertos

El oftalmólogo fue quien alertó sobre los riesgos del virus y desde el gobierno chino intentaron "silenciarlo".

08 Febrero de 2021 20:00
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El nombre del médico chino Li Wenliang no tardó en recorrer todo el mundo al convertirse en uno de los primeros en alertar sobre el coronavirus y, por esta razón, en ser atacado por las autoridades del país. El profesional también fue uno de los primeros en contraer la enfermedad que ya acabo con la vida de 2,32 millones de personas en todo el mundo y falleció el 7 de febrero, luego de que trascendiera información errónea  sobre su muerte 24 horas antes.

El 6 de febrero de 2020, muchos medios internacionales se habían hecho eco de la noticia sobre la muerte del médico chino Li Wenliang. La trágica información había sido dada a conocer por Global Times, un periódico controlado por el partido comunista. En su artículo, informaba que Li había muerto, lo que provocó la indignación de muchos ciudadanos chinos.

Pero el periódico estatal eliminó horas más tarde la noticia de su cuenta oficial de Twitter y luego afirmó que el médico todavía está vivo. Esto se debió por aquel entonces a que las autoridades del Hospital Central de Wuhan -donde se encontraba internado el profesional- salieron a desmentir esta noticia, aclarando que Li seguía con vida. Sin embargo, desde el nosocomio habían advertido que la condición del médico era “crítica”.

Aquella información había sido dada en la cuenta oficial que tiene el Hospital Central de Wuhan en Weibo, la red social más popular de China. Pese a esto, pocas horas después el establecimiento médico salió a confirmar el fallecimiento. Según detallaron, Li había sufrido un paro cardíaco que obligó a los profesionales que lo atienden a conectarlo a una máquina ECMO (oxigenación por membrana extracorpórea) para mantenerlo con vida.

Li, de profesión oftalmólogo, fue uno de los primeros médicos chinos en alertar a sus compañeros de profesión sobre la aparición del virus. Según trascendió, el profesional se contagió después de que tratara -sin saberlo- a un paciente con el coronavirus. El 10 de enero comenzó a toser y a tener fiebre y dos días más tarde ingresó en el hospital después de que se agravaran los síntomas, dando positivo en COVID-19.

Li Wenliang había escrito el 30 de diciembre un mensaje a través de WeChat -una popular aplicación de mensajería china al estilo de WhatsApp- dirigido a un grupo de ex estudiantes de medicina pidiéndoles suma precaución. En el texto, Li les explicó que siete pacientes de un mercado local de pescado habían sido diagnosticados con una enfermedad similar al SARS.

Tan solo cuatro días más tarde, recibió una visita de funcionarios de la Oficina de Seguridad Pública, quienes le dijeron que firmase una carta. En ella, lo acusaban de "hacer comentarios falsos" que habían "perturbado severamente el orden social".

Las autoridades tuvieron que pedirle disculpas, aunque no se les advirtió a los médicos que usaran mascarillas o ropa protectora e insistieron en que solo aquellos que entraban en contacto con animales infectados podían contraer el virus. Algo que, claro está, era mentira. 

Además de Li, sus padres también se enfermaron y fueron trasladados al hospital. Fue 10 días más tarde, el 20 de enero de 2020, cuando China declaró la emergencia a raíz del brote. Si bien la noticia de la muerte del doctor fue recibida con mucha tristeza en la red social Weibo, muchos usuarios acusaron al gobierno de subestimar la gravedad del virus y de, inicialmente, intentar mantenerlo en secreto.

La muerte de Li alimentó aún más esa sensación, desencadenando un debate sobre la falta de libertad de expresión en China. El departamento anticorrupción del país afirmó que abriría una investigación sobre "cuestiones que involucran al médico Li Wenliang" y luego, el gobierno chino admitio "fallos y deficiencias" en su respuesta al brote que ya mató a millones de personas.