El horror en primera persona. Juan Sebastián Upegui, copiloto de Avianca, sobrevolaba la misma zona que la nave BAE 146-2000 de Lamia antes de la tragedia. Por frecuencia aeronáutica, escuchó la última y desgarradora comunicación del piloto del vuelo que trasladaba al equipo del Chapecoense a Medellín. El dramático último minuto antes del accidente y la revelación clave: no tenían combustible.
"El man (piloto) nos pasó por al lado a toda mierda para abajo. Vimos incluso las luces del avión cuando pasó bajando
El piloto intentó hacer un aterrizaje de urgencia en el aeropuerto de
El audio en el que el comandante le comenta a un amigo lo sucedido se viralizó de inmediato. Y, aunque muchos pusieron en duda su veracidad, el diario colombiano El Tiempo confirmó que el piloto ya fue identificado y citado a declarar en el marco de la investigación que llevan adelante los gobiernos de Colombia y Bolivia.
"'Gritó que soliciaban prioridad para proceder a la pista porque tenían problemas de combustible
“El avión estaba por encima de nosotros, que nos manteníamos a 19 mil pies. Estaba dando vueltas también. De repente le dijo a la controladora: 'Ey, solicitamos prioridad para proceder a la pista. Solicitamos prioridad para el controlador. Tenemos problemas de combustible'”, recordó Upegui.
El avión terminó estrellándose en Cerro Gordo.
En ese momento, el piloto hizo una observación: “¿Tiene problemas de combustible y no se va a declarar en emergencia? El man en ese momento no se declaró en emergencia. Entonces la controladora le dijo que no se podía, porque tenían otro avión aterrizando de urgencia y que no se podía proceder. Pero él le dijo: 'Procedemos, procedemos, tenemos problema de combustible'”.
"Cuando la controladora dijo que le informara el problema específico que tenía, el man le respondió: 'Ahora tenemos falla total eléctrica'
Según su relato, el avión comenzó “a bajar”. En ese momento, su nave recibió la orden de modificar su rumbo para evitar una colisión. “Avianca 9256 vire a izquierda y nos metió en un rumbo y el manos pasó por al lado a toda mierda para abajo. Vimos incluso las luces del avión cuando pasó bajando”.
El equipo iba a disputar hoy el partido de ida de la Sudamericana ante el Atlético Nacional.
En medio del abrupto descenso, el piloto finalmente se declaró en emergencia. “Dijo que tenía fallas y problemas de combustible. Cuando la controladora dijo que le informara el problema específico que tenía, el man le respondió: 'Ahora tenemos falla total eléctrica, falla total eléctrica. Vectores para proceder a la pista”.
"Con la voz desesperada y de fondo se escuchaba al otro comandante gritando: 'Tren abajo'. Y el man seguía: 'Ayuda, vectores para proceder a la pista'
Ese fue el momento en el que el avión desapareció de los radares. “La controladora le dijo que no lo tenía en contacto radar y el man empezó: 'Ayuda, vectores para proceder a la pista, vectores para proceder a la pista'. Con la voz desesperada y de fondo se escuchaba al otro comandante gritando: 'Tren abajo'. Y el man seguía: 'Ayuda, vectores para proceder a la pista'”, recordó.
"Me acuerdo que estaba recostado en la mesa, haciendo fuerza diciendo: 'Hágale, hágale, hágale hijo de puta. Lleguen, lleguen, lleguen. Están en el VOR con nueve mil pies, se van a quebrar el culo'
En total, sólo seis personas lograron sobrevivir a la tragedia.
“Nosotros nos mantuvimos callados, callados”, aclaró. “En ese momento, la controladora le preguntó si estaba en el radar 180 de la pista con 9 mil pies a ocho millas. Yo me acuerdo que estaba recostado en la mesa, haciendo fuerza diciendo: 'Hágale, hágale, hágale hijo de puta. Lleguen, lleguen, lleguen. Están en el VOR con nueve mil pies, se van a quebrar el culo'”.
La postal de la desolación: la ciudad amaneció de luto.
Mientras toda la tripulación de Avianca seguía con angustia la comunicación, el piloto del vuelo del Chape continuaba con su desesperado pedido de vectores para poder aterrizar. “'Vectores, vectores, vectores', gritó, y ahí se paró la cosa.
La controladora empezó a pedirle que respondiera y se le quebró la voz, se puso súper mal y no paraba de llorar. Nosotros nos
pusimos
re mal y a llorar como unas nenas en el avión”.
El desgarrador relato del piloto de Avianca en primera persona