30 Julio de 2019 10:43
El sangriento motín en la cárcel regional de Altamira, al suroeste de Pará en Brasil, ya dejó al menos 57 muertos y provocó una conmoción en el país vecino: 41 reclusos murieron asfixiados, mientras que 16 fueron decapitados durante la brutal disputa entre dos sectores de la prisión.
La cifra se incrementó durante la tarde y la noche del lunes, ya que en un principio las autoridades de Brasil hablaron de 52 víctimas fatales en el sangriento motín que comenzó ayer por la mañana y se extendió por varias horas. Con el correr del día y el avance de las investigaciones, la cantidad de presos muertos se incrementó a 57.
Pero tal vez lo más llamativo es el grado de violencia con el que se enfrentaron en el interior del Centro de Recuperación Regional de Altamira los detenidos del bloque A y el bloque B. De los 57 muertos, 41 fueron asfixiados, mientras que los 16 restantes fueron decapitados. Hubo un gran momento de tensión cuando dos guardias de la cárcel fueron tomados como rehenes, aunque luego fueron liberados durante las negociaciones entre presos y la Policía Militar.
El origen del motín todavía es materia de investigación por las autoridades judiciales y policiales de Brasil. Hasta ahora, según informaron medios brasileros, comenzó pasadas las 7 de la mañana, cuando se servía el desayuno de los reclusos. En ese momento, los detenidos del bloque A sorprendieron al bloque B, un punto no menor si se tiene en cuenta que estaban enfrentados.
En ese momento, los presos cerraron la habitación y comenzaron a incendiarla. Por eso es que la mayoría de los reclusos murieron asfixiados, producto del humo que comenzó a ingresar a las celdas y tomó buena parte del complejo penitenciario, con capacidad para 200 detenidos, aunque ocupada por 311.
De todos modos, y a pesar de que ese fue el motivo que causó el incendio, aún no hubo mayores detalles respecto al avance de la investigación. Según informó el periódico O'Globo, la Superintendencia del Sistema Penitenciario de Pará determinó que los detenidos de la facción A irrumpieron el anexo de la prisión, o el bloque B. La situación se prolongó por cinco horas de máxima tensión, y recién a las 12 concluyó.
En este sentido, el gobierno de Pará definió el traslado de 46 de los presos acusados de participar en el motín que terminó en masacre. Diez de ellos irán a una cárcel federal, tal como dispuso el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sergio Moro. El resto serán distribuidos en cárceles más chicas de Pará.