El insulto del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, quien llamó “hijo de pu...” nada más y nada menos que a su par norteamericano, Barack Obama, repercutió en todo el planeta.
Sin embargo, ésta no es la primera vez que el líder filipino, que en su país goza de una de una popularidad del 91 por ciento, tiene un exabrupto de este tipo, ya que supo referirse de la misma manera al Papa Francisco y al embajador de los Estados Unidos, amenazó con matar a los narcotraficantes y hasta se permitió una broma de mal gusto sobre la violación y asesinato de la misionera Jaqueline Hamil en 1989.
El insulto al Papa
Durante el lanzamiento de su campaña presidencial, en noviembre pasado, Duterte se refirió a Francisco como un “hijo de p...” por haber provocado atascos durante una visita al país, que cuenta con un 80% de población católica.
Meses después, luego de ganar las elecciones, su vocero dijo que el presidente quería ver a Su Santidad en el Vaticano para darle explicaciones y pedirle perdón por aquél exabrupto.
Agresión al embajador norteamericano
El mes pasado, llamó al embajador de Estados Unidos “homosexual” e “hijo de p...” en tagalo, el dialecto local.
El gobierno norteamericano no tardó en responder y convocó al agregado de negocios filipino en Washington, Patrick Chuasoto.
“Como usted sabe, me peleo con el embajador del secretario de Estado, John Kerry. Su embajador homosexual, hijo de p..., me jode”, había dicho el presidente.
Una broma de mal gusto
Duterte supo ganarse también el rechazo de la opinión pública internacional cuando en un acto de campaña bromeó sobre la violación y el asesinato de la misionera australiana Jaqueline Hamil, quien fuera tomada como rehén en 1989, cuando estalló una revuelta en la prisión en la que trabajaba.
“Violaron a todas las mujeres”, recordó Duarte, quien por aquél entonces era alcalde de Davao, la ciudad donde tuvo lugar el conflicto.
“Entre ellas estaba esta misionera australiana... Y cuando vi su rostro, pensé: 'Mierda. Qué lástima'. La violaron, puestos en fila. Fue terrible que la violaran. Era tan hermosa... ¡El alcalde debió ser el primero!”, expresó en tono de sorna.
Días después, se vio obligado a pedir perdón por sus dichos.
Amenaza a los narcotraficantes
A principios de mayo, durante su último acto de campaña antes de los comicios, tuvo duras palabras contra los narcotraficantes.
“A todos ustedes que andan con drogas, a ustedes, hijos del diablo, de verdad que los voy a matar”, gritó un exaltado Duterte.
“No tengo paciencia, ni término medio. O me matan a mí o los mato a todos, idiotas”, agregó. . Desde que asumió el 30 de junio pasado, el presidente lanzó una feroz lucha contra el narcotráfico. Muchos cuestionan sus métodos antidemocráticos.
El conflicto con Obama
Advertido de que Obama podría cuestionarlo por sus políticas sobre los derechos humanos y los supuestos crímenes extrajudiciales que se producen en su país, el presidente filipino afirmó: “Debes ser respetuoso. Y no sólo lanzar preguntas y comunicados. Hijo de puta, te voy a maldecir en ese foro”.
“Nosotros ya no somos colonia de Estados Unidos. ¿Quién es este hombre? Mi único dueño es el pueblo filipino”, agregó.
Como en las anteriores oportunidades, debió retractarse. En este caso, envió un comunicado en el que dijo que su intención no era insultar a Obama. “Lamentamos que los comentarios se hayan entendido como un ataque personal hacia el presidente de Estados Unidos”, afirmó.