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El macabro último mensaje del terrorista de Niza a su familia

Mohamed Lahouaiej Bouhlel le envió una selfie a su hermano antes de matar a 84  personas con un camión. “Me dijo que era feliz”, lamentó su cuñado.

17 Julio de 2016 10:02
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Mohamed Lahouaiej Bouhlel, el hombre de 31 años que asesinó a 84 personas durante la conmemoración de la Toma de la Bastilla en Niza, se comunicó con su familia horas antes del atentado. “Me dijo que era feliz y me mandó una selfie con amigos”, reconoció su hermano.

El asesino de Niza era un "enfermo mental" según sus familiares directos.

“Me mandó una selfie. Me dijo que estaba feliz, que todo en su vida era normal”, reconoció Jaber, su hermano de 19 años. “Cuando nos enteramos acerca de lo que estaba pasando en Niza empezamos a enviarle mensajes preguntándole si estaba bien”, sumó y recordó que intentaron comunicarse con él hasta las dos de la mañana, pese a que la Policía francesa ya lo había abatido.

Jaber, su hermano de 19 años, reconoció: "Me mandó una selfie esa tarde".

Pese a que su hermano no sospechó que podría haber sido Mohamed el autor de la masacre que hirió a más de 200 personas, su cuñado, Chokri Amimi, reveló al diario El Confidencial que el asesino tenía “problemas mentales”.

Mohamed asesinó a 84 personas e hirió a más de 200 en el ataque.

“Debido a su enfermedad, fracasaba en todo”, advirtió el cuñado y aseguró que el hombre mantenía una pésima relación con su padre y con su hermana. Sus vecinos franceses, confirman los dichos: aseguraron que se había presentado como un “soldado de Isis” y que se mostraba como una persona “desequilibrada”.

El cuñado del homicida advirtió: "Era muy violento y fracasaba en todo".

El asesino se instaló en Francia en 2005 y se casó con la hija de su tía. "La familia estaba siempre en conflicto, se la pasaban peleando. Además, él consumía drogas y eso no ayudaba en nada. Su mujer sabía que estaba enfermo, pero nunca se lo dijo a la Policía", insistió el cuñado.

Su padre, también llamado Mohamed, desestimó el vínculo con Isis e insistió en la fragilidad mental de su hijo para explicar el ataque. "Sufrió una descompensación en 2004. Cuando se enojaba, comenzaba a gritar y rompía todo lo que tenía a su alcance. Era violento y enfermo. Lo llevamos a un doctor por su problema con las drogas, pero como tuvo un ataque en el consultorio no lo volvieron a recibir".