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El milagro de Colombia: la historia de los 4 hermanitos que sobrevivieron 40 días en la selva

El 1° de mayo, el avión en el que viajaban se estrelló. Su mamá había muerto en el accidente.

12 Junio de 2023 14:01
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“Mi mamá se murió. Tengo hambre”. Esas fueron las primeras palabras que Lesly Neriman, de 13 años, le dijo a un soldado de las fuerzas colombianas. En sus brazos tenía a Cristin, de solo 11 meses de vida. A pocos metros, Soeiny, de 9 años, y Tien, de 4 años, dormían abrazados sobre el suelo. Habían sobrevivido a un accidente aéreo, habían pasado 40 días en la selva y eran la imagen viva de un milagro que conmueve a Colombia.

 

La odisea comenzó el 1° de mayo cuando la avioneta, en la que viajaban con su mamá, el piloto y otro hombre, se estrelló. Los niños se salvaron. Pero su madre y los otros dos mayores murieron en el acto. Solos en la selva colombiana, comenzaron a buscar ayuda. No iba a ser fácil. Habían pasado 15 días cuando los militares colombianos encontraron la aeronave y los tres cadáveres. Ahí se dieron cuenta que los niños seguían vivos. Comenzó un megaoperativo.

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Lo bautizaron Operación Esperanza. Y tuvo diversas etapas y participantes de todo tipo, como por ejemplo, los líderes indios de la zona, que conocen la selva como ningún otro ser humano. En el lugar del accidente habían encontrado una mamadera, una manzana mordida y pañales usados. Tenían que dar con los menores lo antes posible. Así que el Gobierno de Gustavo Petro ordenó una búsqueda implacable.

 

Desde entonces, alrededor de 120 militares y 70 indígenas, hicieron parte del "Operativo Esperanza". Contaron con helicópteros y perros de rescate. Muchos de los integrantes de la misión debieron darse de bajo por las tormentas que se desataron en la selva que les generaron problemas de salud. En el medio de la operación hubo herramientas de todo tipo. Primero dejaron viandas protegidas en un largo territorio. Fueron más de 100 y la idea era que los niños se alimentaran si daban con ellas.

Pero lo más innovador fue el parlante que repetía una y otra vez una frase para los niños. “Tienen que estar quietos”, les decía una voz inconfundible. Era la de la abuela de los pequeños, que había accedido a ayudar a los militares para que los pudieran hallar con vida. En el camino, el Ejército encontró diversas pistas que daban esperanzas.

 

Primero fue un refugio construido de manera improvisada con palos y ramas. Con el correr de los días, la huella de uno de los nenes. Junto a esa marca en el suelo, aparecían otras, de un animal. Era de un perro. El milagro parecía que iba a darse. Según uno de los comandantes de la misión, se trataban de las huellas de Wilson, uno de los tres perros que era parte del grupo de búsqueda y se había perdido unos días antes. Hace pocas horas, los niños confirmaron que un perro de las características de Wilson los acompaño varios días. Un día se fue. Todavía continúa desaparecido.

 

“Milagro, milagro, milagro”, fue lo único que pudo transmitir uno de los oficiales por radio cuando dieron con los nenes. "Estaban desnutridos pero plenamente conscientes y lúcidos cuando los encontramos", aseguró el comandante Pedro Arnulfo Sánchez Suárez, encargado de la búsqueda. Lesly, Soleiny, Tien Noriel y Cristin se convirtieron en sobrevivientes de la selva.

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Habían caminado más de 1200 kilómetros. Su único alimento fueron tres kilógramos de fariña, una harina de yuca gruesa, que habían sacado del avión. Sus orígenes indígenas fueron indispensables para la supervivencia. Sabían qué comer y qué no. También supieron de dónde sacar agua para no deshidratarse. El rol de la hermana mayor fue fundamental. Según contaron los familiares de los pequeños, durante años, los chicos vivieron con sus padres en Araracuarua, un pueblo ubicado en el corazón de la selva amazónica.

 

Tras el rescate, fueron trasladados en un helicóptero a un hospital de Bogotá. “Quieren jugar y leer. Son chiquitos y no se dan cuenta lo que sucede afuera. En cuanto a su estado están deshidratados y aún no pueden ingerir alimentos", contó uno de los familiares. Los médicos informaron que “están fuera de peligro y estables”.

Uno de los tíos, Fidencio Valencia, dijo en una entrevista con Noticias Caracol que habló con los niños y le contaron cómo pasaban las noches en la selva: “Me contó que mientras estaban en la selva se escondían en los troncos de los árboles para protegerse. Estaban cansados y con sus ropas todas rotas”. Miembros de la tribu Huitoto, a la que pertenecen los chicos, afirmaron que estaban por las picaduras que tenían ya que en la selva hay mosquitos, serpientes y otras alimañas peligrosas.

 

En las últimas horas, Manuel Ranoque Mucutuy, el padre de los niños, dijo que tras el accidente del avión, su esposa Magdalena estuvo vida durante 4 días. “Antes de morir le dijo a mi hija mayor que se fuera a buscar comida y ayuda porque ahí se iban a morir”. Ese hecho todavía no fue confirmado por los militares. Por otra parte, el hombre denunció que sus hijos y su esposa se iban en avión porque había sido amenazado por el Frente Carolina Ramírez, de las( Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), queopera en los departamentos del Meta, Caquetá, Guaviare y Putumayo.

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“Tengo amenazas. Para ellos yo soy un objetivo. Yo me conozco toda la región. Yo sé que esas personas descaradas pueden comenzar a presionar y eso nunca lo voy a permitir. Ellos lo único que quieren es el interés económico y mientas uno no se acoja a lo que ellos digan, uno es un enemigo”, lanzó ante las cámaras.

Según información oficial, el Gobierno le dio seguridad al padre y lo mantendrá con custodia. En tanto, la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), Astrid Cáceres, aseguró que los cuatro niños indígenas encontrados en la selva recibirán “educación vitalicia”. “Hemos hablado con el presidente y hemos hecho un compromiso de que tienen la educación asegurada para proteger a estos niños”, dijo la funcionaria. El milagro de Colombia es una realidad que conmueve al mundo.