08 Enero de 2017 12:51
El relato es más que crudo. Un agente del Servicio Penitenciario de Brasil relató cómo fue la masacre perpetrada en la cárcel de Manaos, en Brasil, donde los reclusos se amotinaron y provocaron más de cincuenta muertos. Dijo que “todos los presos formaron parte de la carnicería” y contó que los convictos descuartizaban a otros detenidos.
El nombre del guardia es ficticio. Lo llaman Joan, por cuestiones de seguridad. Habló con el diario Folha de Sao Paulo sobre las trágicas 17 horas que duró el motín en el penal de Manaos, que finalizó en una sangrienta masacre donde murieron presos, autoridades, médicos y efectivos del Servicio Penitenciario.
“A los que se escondían los asesinaban. Primero mataban con tiros y después los descuartizaban”, aseguró. El relato es más que oscuro. Joan contó que “les sacaban el corazón y las tripas”. “Lo vi con mis propios ojos, nunca me voy a olvidar de aquello, ver a una persona que corta la cabeza de otra”.
El motín ocurrió el domingo pasado y dejó 56 muertos y decenas de presos que se dieron a la fuga y que aún hoy son buscados, según indicaron las autoridades de Manaos. Todo comenzó cuando a las tres de la tarde los detenidos de un cartel narco conocido como Familia del Norte llegaron al sector donde estaban los detenidos de otro cartel, Primer Comando Capital. Asesinaron a un agente, ingresaron y comenzó el tiroteo.
Los presos contaban con al menos 16 armas de fuego de gran porte. Luego, descubrieron la existencia de varios túneles por donde se planificaba una fuga. Creen que por esos huecos les facilitaron las escopetas y las municiones.
El motín más que violento fue producto de un enfrentamiento entre dos bandas narco.
“Fue una cosa horrible. Ellos querían matar, perforar, taladrar. Un representante de los presos pidió que no nos lastimaran a los rehenes, que la pelea no era con nosotros, sino con la otra facción”, aclaró Joan. Eso permitió, según su relato, que muchos guardias salieran ilesos.
Según el guardia, la Policía entró y disparó tanto a rehenes como a los amotinados.
Por otro lado, según el efectivo del Servicio Penitenciario cuando la Policía ingresó al penal luego de 17 horas de máxima tensión, dispararon sin diferenciar rehenes de amotinados. “Los presos tuvieron más consideración con nosotros que el propio gobierno de Amazonas”, se indignó Joan.
El guardia cree que los presos actuaron bajo los efectos de “mucha droga”, porque “una persona sana no hace una cosa de esas”. “Ellos ya están condenadas, no tienen más nada que perder”, declaró. En sus cálculos, los muertos son más que los reconocidos por las autoridades: “Son más que 56, muchos se escondieron en las cloacas, quedaron atrapados porque colocaron colchones con fuego y el humo los mató”.