05 Noviembre de 2016 11:47
El país más poderoso del mundo está a punto de elegir un nuevo presidente, con un pronóstico incierto como pocas veces. Por eso los candidatos raspan desesperadamente la olla del electorado, a la espera de conseguir esa mínima diferencia que les permita ganarse un despacho en la Casa Blanca por un año. En este caso, el republicano y ultraconservador Donald Trump pasó por Tampa, Florida, y reclamó el apoyo a sus votantes negros y latinos. Según las encuestas, en Florida hay un empate técnico con Hillary Clinton.
Donald Trump
"Qué demonios tienen que perder, voy a arreglar la situación", dijo Trump a los votantes latinos y negros. El candidato -a menudo acusado de xenófobo y racista debido a sus propias declaraciones- señaló que los negros y los latinos sufren los "altos índices de criminalidad de las ciudades, la educación que reciben es la peor y no hay trabajos", y, naturalmente, aseguró que él podría resolver esos problemas si lo votan.
En los comicios norteamericanos no se elige por voto directo sino a través de colegios electorales. Trump necesita los 29 votos que aporta el estado de Florida. Por eso, además de la visita de hoy, volverá el lunes. Trump observó que el voto de los negros y los hispanos será "muy diferente" de lo que la gente piensa y agradeció el apoyo de los exiliados cubanos.
"Clinton es la candidata del pasado, nosotros somos el movimiento del futuro", dijo Trump,. y aseguró que llegó "el momento del cambio, el tiempo de un nuevo liderazgo".
El candidato republicano dijo que hará "cinco o seis actos todos los días" y aseguró que su rival, Hillary Clinton, no tiene fuerzas para hacer lo propio. Y, mucho menos, para dirigir el país. El multimillonario chicaneó a los demócratas cuando dijo que irá a Minnesota y a Colorado, lugar donde, considera, "los demócratas no pueden creer lo que está sucediendo" en las encuestas.