El Papa Francisco admitió que la Iglesia “está bajo acusación” por graves denuncias de abuso sexual contra sacerdotes y monaguillos en varios países, entre ellos Alemania, Chile y Argentina. Aseguró que “hoy existe una mayor conciencia”, y aunque sostuvo que “sucede en todos lados”, señaló que “dentro de la Iglesia es más escandaloso porque debe conducir a los niños a Dios y no hacia la destrucción”.
Todo ocurrió durante una conferencia de prensa que ofreció Francisco en el vuelo de regreso de su gira por Estonia, y en un contexto clave, luego de avanzar en cambios en la cúpula de la Iglesia chilena, tiempo después de que salieran a la luz al menos 119 casos de abusos, con 167 imputados, de los cuales siete son obispos y 96 son sacerdotes.
“Aunque haya un solo sacerdote que abuse de un nene o de una nena es monstruoso porque ese hombre fue elegido por Dios para llevar a los niños al cielo”, aseguró el Papa, que de todos modos tuvo un llamativo comentario: “En el pasado se escondían esas cosas porque era una gran vergüenza, ahora hay una mayor conciencia. También se escondían en las casas, cuando los tíos violentaban a una sobrina, o cuando el papá abusaba de los hijos”.
El Papa Francisco admitió que la Iglesia está siendo cuestionada por escándalos de abuso.
Francisco se refirió de este modo a una fuerte crítica de los fieles de la Iglesia católica, que en los últimos tiempos se profundizaron. “La Iglesia se ha dado cuenta de que tenía que luchar de otra manera”, aseguró. Sin embargo, evitó referirse al duro informe presentado por la Iglesia católica alemana, que reveló esta semana miles de abusos cometidos contra menores de edad.
De acuerdo a ese informe, hubo al menos 3.677 menores de edad que durante las últimas ocho décadas fueron abusados en las diócesis alemanas. La investigación fue realizada por la Conferencia de Obispos de ese país, y determinó que hay 1.670 clérigos entre los abusadores.
En este sentido, y en medio del escándalo de abusos en la Iglesia en todo el mundo, Francisco convocó a los presidentes de todas las conferencias episcopales del mundo para un encuentro en febrero próximo, con el objetivo de elaborar las medidas para “proteger a los menores”.